Castro, sobre la muerte de «Mono Jojoy»: «Fue un burdo y bochornoso asesinato»

El ex presidente cubano Fidel Castro ha calificado de "bochornoso" el "asesinato" de Víctor Julio Suárez Rojas, alias «Jorge Briceño Suárez» o «Mono Jojoy», comandante militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al tiempo que ha puesto en duda la magnitud del bombardeo del Ejército colombiano al campamento guerrillero.

«En primer lugar, no hubo combate alguno. Fue un burdo y bochornoso asesinato», ha afirmado Castro, en un nuevo escrito de sus «Reflexiones». «Imagino que no pocos militares colombianos estén abochornados por las grotescas versiones de la supuesta batalla», añadió. Para el líder de la revolución cubana esta acción militar contra las FARC contó con el apoyo de Estados Unidos, que «suministró a su aliado más de 30 bombas inteligentes» guiadas, según Castro, por un GPS instalado en las botas del «Mono Jojoy», versión negada por el Gobierno de Juan Manuel Santos.

«La descomunal acción estaba condimentada con imágenes de todo tipo, viejas y nuevas, del comandante rebelde», indicó el ex mandatario cubano, al criticar el tratamiento dado por la cadena estadounidense CNN a la muerte del ex «número dos» de las FARC, ocurrida la semana pasada. Castro critica la decisión que emitió poco después de la muerte del guerrillero la Procuraduría de Colombia de inhabilitar por 18 años a la senadora Piedad Córdoba , por sus presuntos vínculos con las FARC, a quien aplaudió por su «profundo deseo de buscar la paz» en Colombia.

«Las noticias referidas a la famosa batalla en la que murió el comandante de las FARC y la destitución de Piedad Córdoba, están muy lejos de llevar la paz a Colombia; por el contrario, podrían acelerar los cambios revolucionarios en ese país», alertó el ex mandatario cubano. El mandatario cubano se refiere también al fallecido jefe guerrillero Pedro Antonio Marín, alias «Manuel Marulanda» o «Tirofijo», asegurando que «fue uno de los más destacados guerrilleros colombianos y latinoamericanos». «Cuando muchos nombres de políticos mediocres sean olvidados, el de Marulanda será reconocido como uno de los más dignos y firmes luchadores por el bienestar» de la región, concluye Castro.