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Charla con Cameron y rosarios para Clegg

El Papa se reunió con el primer ministro y los líderes de otros partidos políticos

EMILI J. BLASCO

Sobre las nueve y media de la mañana (hora española) saldrá en helicóptero desde Wimbledon Park hacia Birmingham, para presidir la misa de beatificación del cardenal Newman, que se celebrará a las diez.

Por la tarde, mantendrá un encuentro con los obispos de Inglaterra, Gales y Escocia. A las 19.15 horas se celebrará la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Birmingham, desde donde está previsto que su avión con regreso a Roma despegue a las 19.45 horas.

Más asistentes que a los conciertos de pop-rock de este verano celebrados en Hyde Park llenaban ayer por la tarde este parque central de Londres y las calles de los alrededores, donde miles de personas se congregaron para saludar al Santo Padre a su paso con el papamóvil. La vigilia de anoche fue la gran cita de la capital británica con el Papa, con más de 80.000 personas, cuya cifra, por contraste, relativizaba la marcha de protesta que se desarrolló horas antes, que congregó a unos 2.000 manifestantes y que especialmente movilizó al colectivo gay, aunque también hubo consignas ateas.

El Papa comenzó la tercera jornada de su viaje con una entrevista con el primer ministro británico, David Cameron. Era su primer encuentro, pues Cameron había estado ocupado los días previos con el funeral de su padre, por cuyo fallecimiento Benedicto XVI le expresó condolencias. De religión anglicana, Cameron ha ido descubriendo su fe en los últimos años. «Mi fe no es siempre la roca que quizás debiera ser, pero está ahí», había manifestado recientemente.

El Santo Padre también recibió a los líderes de los otros partidos británicos, el liberal-demócrata Nick Clegg y la laborista Harriet Harman, que acudieron con sus respectivas familias. Se trataba de la tercera ocasión que el Papa saludaba a Clegg, casado con la española Míriam González.

La familia acudió con sus tres hijos, todos ellos católicos, como su madre, mientras que Clegg se declara agnóstico. El Santo Padre les regaló un rosario a los niños. Algunos comentaristas ingleses han destacado que todas las veces el Papa se ha detenido más tiempo con Clegg que con otras personalidades, tal vez por la catolicidad de su familia o por la posibilidad de que el viceprimer ministro utilizara el alemán, idioma que domina.

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