Un perro «pit bull» protagonizó el pasado sábado un brutal ataque contra una niña de seis años, que se dirigía con su madre a la piscina de la urbanización madrileña Bosquepino —El Montecillo— en Las Rozas. El ataque se produjo justo a la salida del portal, en unas galerías por las que se acceden a las zonas comunes. El perro, que en contra de lo que dicta la normativa no portaba bozal, se soltó de un tirón de la correa de su dueño y se abalanzó sobre la pequeña ocasionándole graves lesiones.
ABC
Algunas heridas producidas a la menor
La menor, que fue atendida de urgencia en la clínica madrileña de La Zarzuela, se recupera de las lesiones, pero cada dos días tiene que acudir al centro hospitalario donde le están haciendo el seguimiento de unas heridas que la han apartado del colegio en su primera semana de actividad tras las vacaciones.
Tras los hechos, la familia de la víctima esperó unos días la reacción del dueño del perro, residente en la misma urbanización que los afectados. «A partir del sábado baja a la calle con la documentación del perro, pero continúa paseándolo sin bozal e incluso algunos vecinos sostienen que han visto al “pit bull” sin correa en un descampado en horas en las que los niños salen del colegio».
Denuncia
Los padres han presentado una denuncia contra el dueño del animal, pero temen que se produzca un nuevo encontronazo entre la niña y el perro. «Ya sabemos que hasta que salga el juicio va a pasar mucho tiempo. Siendo un vecino es inevitable que se vuelvan a cruzar».
La ley de Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos de 1999 obliga a que estos perros, cuando están en fincas, se encuentren atados o en un habitáculo que proteja a las personas o animales que accedan o se acerquen a ese lugar. En la calle, están obligados a ir con bozal y cadena o correa no extensible. Para poder tener un animal de estas características hay que tramitar una licencia administrativa que otorga el Ayuntamiento con una validez de cinco años y cumplir una serie de requisitos, entre ellos ser mayor de edad, no tener antecedentes penales, obtener un certificado de aptitud física y psicológica y formalizar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros con una cobertura no inferior a 120.202 euros. El «pit bull», el «rotweiller» o el «dogo» argentino pertenecen a lo que se denominan animales potencialmente peligrosos, a pesar de que en muchos casos convivan en el hogar familiar.