Juan Marsé: «¡Pobre cultura catalana si está en manos de gente así!»
Tras desvelar ayer ABC la discriminación sufrida por los autores catalanes que escriben en castellano en el nuevo portal cultural de la Generalitat, las reacciones no se han hecho esperar tanto en círculos literarios como políticos

Tal como desvelaba ayer ABC en estas mismas páginas, según Culturcat.cat, el nuevo portal cultural creado por la Generalitat catalana para colgar en la red «la información básica para empezar a conocer Cataluña y su cultura», autores que escriben en lengua castellana como Juan Marsé, Eduardo Mendoza o Ana María Matute son catalogados como autores de «literatura catalana en otras lenguas», y son equiparados a escritores como Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño y Gabriel García Márquez, autores nacidos en el extranjero pero que han desarrollado parte de su obra en Cataluña. Otros, como los son los casos de Carlos Ruiz Zafón e Ildefonso Falcones, dos de los novelistas de mayor éxito tanto en Cataluña como en el resto de España en los últimos años, directamente no aparecen en la nueva web. Aunque, según sus creadores, el citado portal no tiene «voluntad de exhaustividad», sí se autoproclama como valedor de «los conceptos básicos para conocer la cultura catalana».
Reacción en cadena
Las reacciones ante lo que se antoja una nueva actitud discriminatoria y absurda de los responsables culturales de la Generalitat no han tardado en llegar. Para muchos, vuelve a llover sobre mojado. Varios de los «afectados» tomaron ayer la voz y la palabra. Así, el Cervantes Juan Marsé señala: «No me extraña el tratamiento. Casi me siento honrado. Las opiniones sobre cultura de nacionalistas como el conseller Tresserras me producen repelús. ¡Pobre cultura catalana si está en manos de gente así!».
Por su parte, Ildefonso Falcones, autor de éxitos como «La catedral del mar», opina que «esto demuestra el rumbo que está tomando Cataluña en todo. El problema es que nos encontramos en una constante provisionalidad desde hace treinta años... y lo que nos queda».
En parecida línea, la novelista barcelonesa Ana María Matute tampoco se mordía la lengua. La autora de «Olvidado rey Gurú» se expresaba con palabras diáfanas: «Estas cosas me dejan fría: no les doy más importancia que otras tonterías que padecemos. Son ellos los que no quieren ser españoles y yo quiero ser española y catalana». En similares términos se manifestó Jorge Herralde. El prestigioso editor y escritor declaraba a este periódico que este asunto le parece «grotesco, auto punitivo, empobrecedor y lamentablemente previsible».
Para David Castillo (periodista, poeta y novelista en catalán, autor de títulos como «El cel del infern» y «El llibre dels mals catalans», cuyo nombre tampoco aparece en la web), «la literatura catalana es una, sea escrita en catalán o en castellano. Colocar unos autores supuestamente "puros" por encima de otros es una discriminación. Hay demasiada policía y pocos analistas con criterio estético. Situar a Marsé, Mendoza o Vila-Matas en el mismo plano de la literatura extranjera me parece una fantasmada: forman parte del patrimonio literario, histórico y cultural de Cataluña. Asistimos a la emergencia de los pequeños talibanes. Un nuevo fracaso del conseller Tresserras».
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