Aventuras faraónicas con aliento clásico

ADELE Y EL MISTERIO DE LA MOMIA HHH

Director: Luc Besson. País: Francia. Año: 2010. Duración: 99 min. Género: Aventuras. Int.: Louise Bourgoin, Mathieu Amalric, Gilles Lellouche, Jean-Paul Rouve

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A Luc Besson siempre se le han dado de perlas los arquetipos heroicos femeninos, bien sean galácticos («El quinto elemento»), adolescentes («León el profesional»), dramáticos («Angel-A») o incluso mártires («Juana de Arco»). En esta línea se adscribe su última película, que afortunadamente nos quita el mal sabor de boca de su anterior estreno, «Arthur y la venganza de Maltazard». El filme está basado en los cómics de Jacques Tardi (no confundir con Tati) y nos presenta a una periodista empeñada en hacerse con los servicios del médico de cabecera de Ramsés II para devolverlo a la vida y así salvar la de su hermana, paralítica por culpa de un tonto accidente de tenis. Con un arranque trepidante y desbordante, la cinta se plantea como un entretenimiento de calidad con multitud de guiños a los seriales clásicos y a las estándares aventureros de ayer y de siempre.

No sólo eso: la pericia del siempre osado cineasta francés también se demuestra en las rocambolescas animaciones del pterodáctilo y las momias, que recuerdan a hitos del género fantástico firmados por Ray Harryhausen, Karel Zeman o Sam Raimi. Una exquisita dirección de producción y artística y un guión firmemente prensado garantizan un espectáculo de muchos quilates. Aunque, como decíamos al comienzo, el mayor lucimiento le corresponde a la protagonista, Louise Bourgoin, que llena de encanto, dinamismo y poder de seducción (incluso de sensualidad como en su inesperada pero sugerente escena a remojo en su bañera sin espuma de por medio) a su Adele Blanc-Sec, un personaje con el que ya estamos deseando volver a cruzarnos en una pantalla marfileña, con o sin momias de por medio.