Amor de costa a costa

Lejos quedan los tiempos (hace muchos años y algunas operaciones) en los que Meg Ryan protagonizaba toda comedia romántica que asomaba por el horizonte. Buenas o malas, todas incluían en su composición ciertas dosis de ñoñería y la firme determinación de llegar a todos los públicos. Lejos de convertirse en el paradigma de la transgresión, «Salvando las distancias» se torna al menos algo más adulta, desde el momento mismo en que se elige como protagonista a Drew Barrymore. El intento es meritorio; los resultados, no del todo satisfactorios.

La línea argumental apenas tiene ángulos: chico conoce a chica y cuando la relación ha pasado a mayores. ambos descubren que van a tener que mantenerla a distancia. Él trabaja en Nueva York y ella pretende abrirse camino en el deteriorado mundo del periodismo (en la ficción, que nadie busque descabelladas lecturas) desde San Francisco. Como las grandes desgracias, sólo da para reír o llorar y, afortunadamente, Nanette Burstein —confieso que ni había oído hablar de ella— opta por lo primero.

Como suele decirse, la película se deja ver sin rechistar. Drew tiene su público y Justin Long es de esos tipos que no caen mal ni a su futuro suegro. La historia incluye las suficientes «tontonerrías» como para que los minutos no duren más de sesenta segundos y no faltan los imprescindibles secundarios armados de corazón y desprovistos de seso. Una vez más hay que recurrir al cajón de los tópicos para concluir que el filme no engaña a nadie y que los aficionados a las comedias románticas sobrevivirán al envite.

SALVANDO LAS DISTANCIAS HH

Directora:Nanette Burstein.País:EE.UU.Año: 2010. Duración: 104 min. Género: Comedia . Int.: Drew Barrymore, Justin Long, Charlie Day