No todos los días se cumplen 90 años, por eso la Reina Isabel II de Inglaterra quiere tirar la casa por la ventana para el aniversario del nacimiento de su esposo, el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, según el «Daily Mail». El problema es que el siempre discreto príncipe consorte no quiere armar demasiado revuelo acerca de su próximo cumpleaños, el día 10 de junio.
La Reina planea celebrar la ocasión con «algo especial», lo que implicaría realizar una fiesta, un concierto o algo por el estilo.«Hay una especie de batalla en torno a este tema», sostuvo una fuente del palacio al citado periódico.
«De momento no hay nada organizado, lo que es inusual porque el Palacio siempre planifica sus eventos con varios meses de anticipación. Actualmente ya se está trabajando en el Jubileo de Diamantes de la Reina [60 aniversario de su subida al trono], que se festejará en 2012», señaló la citada fuente.
El príncipe modesto
Tradicionalmente, el cumpleaños de Felipe es conmemorado con el saludo real de 62 armas desde la Torre de Londres. El Duque de Edimburgo siempre ha cumplido el papel protocolario de principe consorte con extremada modestia, dejando protagonismo a su esposa.
Pero la Reina es conocida por ser amante de las grandes celebraciones: como la que conmemoró en el 80 aniversario del nacimiento de su esposo, a la que acudieron 600 invitados, o el crucero por el archipiélago de las Islas Hébridas, en Escocia, con el que Isabel II festejó al cumplir esa misma edad.
De todos modos, es posible que el Duque de Edimburgo se salga con la suya si son ciertas las especulaciones de que el Principe Guillermo se casaría con su novia Kate Middleton en junio, lo que opacaría las celebración de su 90 cumpleaños.