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La crisis, antídoto al síndrome postvacacional

El hecho de que la gente tenga un trabajo estable al que regresar tras el periodo de descanso estival se convierte en la mejor cura para un trastorno al que millones de españoles se apuntaban cada septiembre

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gloria rodríguez suárez

Con la vuelta de las vacaciones, aparece el síndrome postvacacional, un estado de ánimo negativo frente al regreso al trabajo que parece afectar cada vez a un mayor número de personas. Pero, ¿hasta qué punto éste es realmente preocupante?

En esta época de crisis, el hecho de mantener un empleo estable puede hacer que el síndrome postvacacional se vea reducido a un mero sentimiento de rechazo lógico a la vida laboral en los primeros días de trabajo.Así lo sentencia un estudio elaborado por Grass Roots, en el que se evidencia que el 81% de los empleados está contento con su regreso al trabajo, optimistas por tener un empleo en este periodo de crisis económica.

Las conclusiones de este análisis revelan un dato que hasta ahora inesperado: el 67 por ciento de los trabajadores se consideran afortunados al estar dentro de su empresa, simpatizando con los valores y las relaciones que se establecen con sus superiores. Sólo el 13 por ciento ha afirmado estar trabajando al no tener otra opción laboral. Y más de la mitad de los asalariados constata que nunca se ha planteado cambiar de trabajo al volver de sus vacaciones. Según esta multinacional, «es importante que el empleado valore su puesto de trabajo, pero las empresas han de preocuparse por el salario emocional» conociendo las necesidades de sus empleados, valorando sus aportaciones o manteniendo un buen trato con ellos. «Es vital que el trabajador vuelva más satisfecho al trabajo» sentencia Sonsoles Martín, directora de Formación de Grass Roots. En este caso, el hecho de que el empleo se haya reducido por la crisis, hace que los trabajadores valoren en mayor medida el tener una ocupación estable. Como explica Mar García, directora general de Grass Roots: «Para los trabajadores, las vacaciones son un paréntesis, un momento de relax, pero no una liberación total de algo que no les agrada».

¿Es la recesión el mejor antídoto contra el síndome postvacacional? Los especialistas del área de Psicología de Antiaging Group Barcelona en la Clínica Tres Torres, no lo creen: de hecho, indican que el 50% de los españoles sufre este síndrome. Según los encargados, el cambio de rutina puede acarrear problemas para aquellos que no consiguen adaptarse al ritmo del trabajo tras el periodo de descanso. Ésto se traduce en una especie de sentimiento negativo que repercute en la vida diaria de la persona. El síndrome postvacacional puede producir tristeza, decaimiento, astenia, apatía, irritabilidad, tensión o incluso taquicardias en aquellas personas que no tienen una buena adaptación en la vuelta a su lugar de trabajo. El perfil característico de aquellos que suelen presentar este problema es: persona de entre 20 y 45 años, que trabaja de cara al público, descontento con su vida laboral, o que ya presentaba problemas antes de tomar las vacaciones, y que tras los días de descanso, tiene que enfrentarse de nuevo a estas dificultades, como informa EFE.

Los Centros de Salud cada vez acogen a más pacientes con estos síntomas, y muchas empresas están empezando a observar cómo la productividad se ve reducida debido a este problema. Pero no hay que asustarse, este estado pasajero «que no se puede considerar una depresión», desaparece a los pocos días. Emma Rivas, especialista del grupo barcelonés, subraya: simplemente «son un conjunto de síntomas que se activan ante una situación que no satisface, como una reacción normal que no se puede considerar patológica», aunque «si los síntomas persisten, es recomendable recurrir a un especialista que nos diga qué ocurre».

Elena Borges, psicóloga clínica, afirma: «Se trata de una nostalgia de las vacaciones, pero se mejora en una semana más o menos. Es un estado de ánimo que pertenece al curso de la vida». En palabras de la especialista, este transtorno se sobrevalora, ya que no es otra cosa que un estado de ánimo pasajero, siendo lógico el sentimiento de querer volver a tomar vacaciones al volver al trabajo diario.

¿Por qué se produce?

Existen varias causas que pueden hacer que la vuelta al trabajo sea más costosa. En época de vacaciones, los horarios o las comidas se ven modificados, y el ocio y las relaciones sociales están más presentes por el tiempo libre del que se disfruta. Pero al volver a la vida laboral, estos elementos positivos dan paso a horarios intensivos, falta de tiempo, estrés, y otros factores que pueden crear en una persona un rechazo hacia su puesto. A esto se suma las exigencias de completar todo el trabajo atrasado. Por ello, el asalariado es posible que experimente una ansiedad manifestada en este síndrome. Elena Borges apostilla: «En ocasiones, la falta de previsión en el gasto de las vacaciones en época de crisis se puede traducir en una inquietud psicológica al volver. Otros, por su parte, pueden presentar baja tolerancia a los cambios».

No se debe olvidar que en muchas ocasiones este problema se produce debido a la percepción de la propia persona, una visión subjetiva que puede ser modificada por el propio sujeto. No todo es «malo», y cada uno debe afrontar el regreso con elementos positivos que posibiliten un contraste menos acusado entre el descanso y el trabajo.

Claves para comenzar bien

Uno de los consejos más recomendados por los profesionales es el de repartir las vacaciones durante el tiempo estival, e incluso durante el año, de modo que no se acumule en un solo mes, permitiendo disfrutar del tiempo de ocio en varios periodos si la empresa lo permite. Emma Rivas, por su parte, aconseja: «Buscar gratificaciones del regreso es una ayuda para poder tener una visión positiva del mismo». El hecho de volver de vacaciones no significa que dejemos de realizar actividades de ocio durante el fin de semana. Así, la idea de que el trabajo también va acompañado de actividades placenteras estará presente. Además, nunca se han de consumir medicamentos, ya que hay que tener presente que el síndrome, aunque se considere un trastorno, no es una depresión ni una enfermedad, por lo que sólo en el caso de que sus síntomas persistan debemos acudir al médico.

La psicóloga Elena Borges da los siguientes consejos para poder tener un buen regreso: «La persona ha de valorar que tiene trabajo, y que éste nos aporta identidad y nos hace sentir útiles. Debemos sentir que a parte del mismo, también existe el fin de semana. Además, se deben plantear nuevos propósitos que nos hagan tener ilusión. Y sobre todo, ser optimistas y no dramatizar la situación».

El síndrome postvacacional es un malestar pasajero, por lo que no se ha de dar más importancia de la que tiene. Con los años, la vuelta al trabajo puede resultar algo dura y tediosa, pero se trata de un sentimiento normal que desaparecerá en un corto periodo de tiempo. Los psicólogos no lo ven como algo grave, ya que apenas se mantiene en el tiempo -sino se trata de un problema más grave o de otro orden- y no reviste mayor importancia. Por ello, no hay que alarmarse. Habrá que tomarse «con filosofía» que los madrugones, los atascos, las horas en la oficina y el trabajo vuelvan a la vida diaria, hasta volver a disfrutar de unas merecidas vacaciones.

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