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la conexión leonesa

El despropósito de Lancia

Teresa Sánchez-Vaquera

Era la crónica de una polémica anunciada. Las obras de la autovía entre León y Valladolid han sacado a la luz importantes restos arqueológicos, en las inmediaciones de León, de la que fuera la importante ciudad astur-romana de Lancia. La Consejería de Cultura ha enviado a un grupo de arqueólogos al lugar de los hallazgos para determinar su importancia. Se han encontrado restos de una necrópolis y cimientos de edificios de gran envergadura. Ahora es necesario esperar al dictamen de los expertos. Mientras, la sociedad civil leonesa ha comenzado a movilizarse en defensa de los hallazgos y a favor de un replanteamiento del trazado de esta autovía para salvar todo lo que se pueda de Lancia. Se anuncian movilizaciones para septiembre.

Todo hace indicar que lo que no consiguió el plan de recortes del ministro Blanco lo van a conseguir los restos arqueológicos. Las obras de la autovía en este tramo pueden quedar paralizadas, lo que supondría un nuevo retraso al ya acumulado de muchos años sobre la puesta en marcha de esta obra de infraestructura vital y que cosería de una vez por todas las provincias de León y Valladolid.

Lo sorprendente es que en su día el Ministerio de Fomento se inclinase por el trazado ahora cuestionado porque todo el mundo era consciente del alto valor arqueológico de esta zona. Lancia es un yacimiento arqueológico de enormes dimensiones, aún sin determinar, aunque se conoce y se ha trabajado en él desde hace, al menos, dos siglos. La falta de un plan director ha hecho imposible la protección el yacimiento, lo que ha favorecido todos los ataques que ha sufrido: instalación de torretas eléctricas, concentración parcelaria, construcción de un canal de riego, ubicación de una gasolinera, etcétera. El desprecio hacia Lancia es histórico, lo que ha favorecido que gran parte de la riqueza de este yacimiento se haya expoliado y haya nutrido durante años las redes ilegales del tráfico de restos arqueológicos. Hablar de Lancia es referirse a abandono, expolio, incuria, dejadez e irresponsabilidad por parte de todas las administraciones.

Por todo ello no es demagogia comparar el agonizante estado de Lancia con la lozanía y esplendor de yacimientos romanos de las provincias vecinas de Palencia o Valladolid, donde miles de visitantes pueden disfrutar de importantes inversiones que han puesto en valor esos recursos. No es fácil comprender el doble rasero con el que las administraciones públicas competentes abordan su obligación de proteger, cuidar y poner en valor la riqueza artística, cultura e histórica de su territorio. Es muy posible que la movilización de la sociedad civil leonesa en defensa de Lancia llegue tarde, como siempre.

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