Lo que para unos es un parque más, algo que se puede reformar y cerrar durante un tiempo si fuera necesario, para otros es una parte de su vida, algo tan cotidiano como el salón de su casa, una extensión de su ser que no quieren ver alterada ni de la que quieren prescindir.
Estas dos visiones del Parque Cruz Conde se confrontaron ayer en un despacho del Ayuntamiento de Córdoba, donde el alcalde, Andrés Ocaña, recibió a una representación de la plataforma que defiende que esta zona se conserve tal cual es hoy, sin los cambios que quiere hacer el Consistorio. Y no se entendieron demasiado, porque los vecinos y usuarios mantienen su jornada reivindicativa, que comenzará a las 10.00 de mañana y se prolongará hasta la misma hora del domingo.
Al encuentro tuvieron acceso libre los medios de comunicación, algo casi inédito, y en él no faltaron momentos de tensión entre el alcalde, los técnicos municipales y los miembros de la plataforma. El Ayuntamiento no dio marcha atrás en su intención de que los caminos peatonales que cruzan el parque y que se han consolidado a lo largo de los años se revistan de una capa de taquete rústico. Para los usuarios del circuito, en su mayoría deportistas, es algo inadmisible porque supone dar la entrada al cemento en el parque, aunque sea en esa vía que cruzará la zona verde desde la avenida de Menéndez Pidal hasta el Teatro de la Axerquía.
El colectivo creía irrenunciable que todos los caminos del parque fueran, como ahora, de tierra batida, pero sólo ha conseguido que en los cruces entre los caminos peatonales y el resto del circuito predomine precisamente la tierra.
Ocaña insistió durante la reunión que no se talarán árboles y la arquitecta municipal, Mercedes Castro, también defendió el proyecto, que los miembros de la plataforma atacaron con dureza. «Al gobernar no siempre se satisface a todo el mundo», afirmó el alcalde en un momento de la cita.
El cierre
Para los usuarios y vecinos ni siquiera es admisible que el Parque Cruz Conde tenga que cerrar a partir de la semana que viene debido a estas obras, que se financiarán con cargo a los fondos anti-crisis. La arquitecta explicó que la premura de tiempo con que se realizarán no permitirá que se haga por fases y que haya zonas que estén abiertas mientras el resto sufre las obras, puesto que los trabajos financiados con los fondos anti-crisis no pueden durar más allá del 31 de diciembre. Aquí llegó uno de los momentos más tensos, cuando los miembros de la plataforma se lamentaron del perjuicio que iba a causar no poder usar el circuito.
Ocaña tampoco ocultó su indignación: «Parece que les va la vida en el parque. Están creando un drama como si no pudieran vivir sin él». Las discusiones, los gestos irónicos y las quejas de los vecinos al no encontrar una respuesta favorable a sus peticiones, habitualmente ocultas en los resúmenes oficiales de este tipo de entrevistas, estuvieron en esta ocasión muy a la vista.
Y no es que les vaya, pero, como los usuarios y vecinos recordaron, son muchas las personas que cada día pasean por esta extensa zona verde o disfrutan de ella y durante meses no podrán hacerlo. La reunión terminó sin demasiados acuerdos, como informaron quienes participaron en la reunión al resto de miembros de la plataforma, que esperaban fuera.
El próximo capítulo se escribirá mañana, cuando comience una jornada reivindicativa que se prolongará durante 24 horas a partir de las 10.00. En ella no sólo estarán presentes los deportistas, sino todas aquellas personas que de algún modo utilizan las instalaciones, entre ellos aprendices de torero que practican allí.
«Al final todos estaremos contentos con la reforma del parque», vaticinó Ocaña, aunque nadie lo diría escuchando las palabras de quienes dicen que pretenden salvarlo de la actuación municipal.