Eva Herzigova «made in Spain»
La supermodelo que revolucionó el mundo con el sugerente anuncio de Wonderbra, se reinventa una vez más convertida en una diva española para la revista Vanity Fair

Eva Herzigova es, pese a su estatus de «sex symbol», una mujer con mil caras. La modelo, que subió la tensión en medio mundo en 1994 con su sugerente «Mírame a los ojos» para Wonderbra , posa para Vanity Fair (VF) reinterpretando algunos de nuestros mitos: el de la española con mantilla y peineta, o el del torero y la estrella de Hollywood.
La modelo checa, que fue descubierta en un concurso de belleza en Praga cuando tenía 16 años, se siente cómoda en el papel de española. Conoce bien Ibiza y le gusta la cultura de nuestro país.
A sus 37 años, Herzigova puede presumir de una carrera profesional mucho más larga y prolífica que la de otras modelos. Conquistó el mundo de la moda en los 90 y consiguió entrar en el exclusivo club de las «top models» , compartiendo pasarelas con Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Kate Moss o Cindy Crawford y desfilando para los diseñadores más grandes. Entrado el siglo XXI, Herzigova se cansó de la imagen de rubia explosiva que la dio la fama, cambió de representante, adelgazó y pasó de ser la típica ángel de Victoria's Secret o chica Guess, a contar con el apoyo de Anna Wintour, editora de Vogue Estados Unidos, y hoy tiene fabulosos contratos con firmas como
Herzigova, que compagina su carrera con su faceta como mamá (en 2007 dio a luz a su hijo George, fruto de su relación con Gregorio Marsiaj) tiene la suerte de que su físico se ha ido adaptando al cánon de cada momento, siempre, eso sí, sin perder su personalidad. En la entrevista de VF habla sobre ello: «Creo que, como todo, el cuerpo atraviesa por ciclos. Cuando era adolescente era un palo, luego con las hormonas me redondeé y, después de tener a mi hijo, he vuelto a quedarme tan delgada como era al principio» .
En el texto recuerda que sus comienzos no fueron fáciles («En Nueva York estaba toda esta pandilla de supermodelos que eran inseparables y que todo lo hacían juntas. Recuerdo cuando me contrataron para hacer el show de Azzedine Alaïa, ellas iban por un lado, y yo por otro. Era como estar en el colegio. Me ignoraban y me hacían sentir que yo no formaba parte de todo aquello. Eran bastante horribles, pero en cierto modo es natural») y que ha tenido que sacrificar muchas cosas por su profesión, como las amistades. Eso sí, cada vez selecciona más sus trabajos, porque «algunos proyectos palidecen cuando los comparo con pasar más tiempo con mi hijo» .
En la sesión del número de septiembre hay muchos detalles taurinos. Su pelo rubio y rasgos eslavos contrastan con el rojo, amarillo y los lunares blancos y negros de los «looks», haciendo de la modelo una buenísima embajadora del «made in Spain».
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