GM vuelve a Bolsa para pagar el rescate
El mercado teme que la decisión se haya precipitado por la cercanía de elecciones
General Motors ha presentado toda la documentación para volver a salir a Bolsa antes de acabar este año. Se especula con una colocación de activos por valor de entre 12.000 y 16.000 millones de dólares, incluso de 20.000 millones (15.600 millones de euros). De confirmarse las estimaciones más optimistas sería una de las mayores salidas a Bolsa en la historia de Wall Street y una espectacular resurrección de una empresa que se declaró en quiebra el 1 de junio de 2009 y sólo se salvó gracias a una masiva intervención del Estado, actualmente poseedor del 61% de la compañía. A la prisa por romper este vínculo antes de las elecciones atribuyen algunos expertos la posible precipitación de la actual Oferta Pública de Ventas de acciones (OPV).
GM era un cadáver económico que no se venía abajo porque el gobierno no podía concebir la destrucción de 250.000 puestos de trabajo directos y millones de indirectos en plena crisis. Pero el negocio era un desastre. Los modelos históricos de Detroit eran en la práctica una ruina y para seguir vendiendolos había que ofrecer descuentos cada vez más increíbles en los concesionarios, minando los beneficios y erosionando la calidad del producto. El coche americano ya no tenía prestigio ni en su propio país. Hasta que llegó un nuevo CEO, el texano Ed Whitacre, dispuesto a cortar los modelos y las cabezas necesarias y a fundirse cuatro directores generales en un año.
Inyección y rescate
Con los 60.000 millones de dólares inyectados por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, Whitacre salvó los muebles, aprovechó oportunidades de crecimiento en los mercados emergentes de Brasil y China y, sobre todo, consiguió culminar dos trimestres seguidos con beneficios por primera vez desde mucho antes de la crisis. GM ganó 3.000 millones de dólares en la primera mitad de 2010 y se ha apresurado a aprovechar la oportunidad de empezar a devolver su rescate. El plan es hacerlo mediante pagos trimestrales, y con
el apoyo de un crédito por valor de 5.000 millones de dólares (3.900 millones de euros) con el que los primeros bancos del país, incluidos Morgan Stanley, J.P. Morgan, Bank of America y Goldman Sachs, avalan esta OPV, que también colocarán ellos.
Hasta aquí, la teoría. Pero luego vienen algunos problemas prácticos. Para empezar GM ha tenido que retrasar casi una semana el lanzamiento de la OPV para minimizar el impacto en los futuribles accionistas del anuncio de que Ed Whitacre quiere dejar de ser CEO a final de año. Pero si la volatilidad de Whitacre ya es conocida y está en cierto modo descontada por Wall Street, no pasa lo mismo con las inminentes elecciones. ¿Sale a Bolsa GM cuando conviene a la empresa, o cuando conviene al Gobierno, temeroso de tener que ir a las urnas bajo la acusación de masivos rescates? Vender ahora puede ser una manera de maquillar de éxito lo que no lo es tanto, según algunos expertos que siempre han temido que el contribuyente norteamericano perdiera miles de millones con el rescate de Detroit, y que creen que la OPV no disipa para nada sus temores. Incluso si consiguiera colocar acciones comunes y preferentes por valor de 20.000 millones de dólares, eso quedaría lejos de los 70.000 millones que algunos estiman que hacen falta para que el Tesoro recupere su inversión sin perder dinero.
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