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Un matrimonio inicia una huelga de hambre para reclamar un solar en El Hierro

La pareja, de origen leonés, buscaba en la «Isla del Meridiano» una jubilación apacible y se encuentra ahora en plena lucha judicial

ACFI PRESS

V. P.

SANTA CRUZ DE TENERIFE

La fachada de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife será el «nuevo hogar» del matrimonio formado por José María Fernández y Esmeralda Delgado, quienes ayer iniciaron una huelga de hambre para pedir que se reabra el caso por el que, en su opinión, un vecino de El Golfo, en Frontera, se ha apropiado de una parte de sus terrenos.

La pesadilla dura ya algunos años, pero cristalizó en octubre de 2009 cuando el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Valverde dictó una sentencia por la cual se consideraba que el vecino de este matrimonio, Eloy Machín, era el propietario de un terreno que, según Fernández, formaba parte de su parcela. La disputa sobre estos terrenos parte desde antes que José María los comprase, cuando el anterior propietario permitió que Machín rompiera un muro para que los camiones que construían en su propiedad pudiesen pasar. Cuando se produjo el traspaso de la propiedad, Machín reclamó esa parte. Lo que no esperaban José María y Esmeralda es que la jueza suplente de El Hierro, Reyes Margarita Fernández, diera la razón a Machín, «pese a que no presentó ni una prueba», comentó José María ayer a los medios de comunicación junto a la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife.

«Presentamos la medición ante notario de un aparejador y las escrituras, además del testimonio del antiguo propietario, pero solo tuvo en cuenta el de mi vecino», denunció José María, quien criticó la actuación de la jueza: «Lo que ha hecho tiene un nombre y es prevaricación». Además, señaló que «es amiga de la abogada» de Eloy Machín. En su opinión, la jueza ha tergiversado de tal manera la sentencia que le da la razón al vecino pese a los testimonios en favor de la pareja, entre ellos, el del anterior propietario de la vivienda, que se consideró «no creíble». La desazón de José María y Esmeralda no es baladí, ya que pueden tener que demoler parte de su casa si no consiguen que se reabra el caso. La pareja, de

origen leonés, nunca pensó que lo que debía convertirse en una jubilación tranquila y apacible en la isla de El Hierro fuera a convertirse en un infierno. José María se quedó prendado de la «Isla del Meridiano» tras venir a trabajar en la construcción de los últimos túneles. Retirado de la mina, invirtió sus ahorros y levantó una casa en el municipio norteño de La Frontera. Desde el comienzo de la obra ya hubo roces con las lindes de las propiedades.

Desesperación

José María aclara que su intención y la de su mujer no es que se les haga caso por el mero hecho de que estén en huelga de hambre. «No venimos aquí a imponer, ni con una chulería, ni con prepotencia ni diciendo queremos esto, venimos aquí con desesperación», aseguró. «En ningún momento queremos imponer ni influenciar al juzgado, ni a los jueces, ni a nadie, sencillamente decimos que estamos desesperados», plantea Fernández, quien muestra su desesperación por recuperar el terreno. Aunque los jueces de las instancias superiores les han dicho que lo único que cabe es la ejecución de la sentencia, él sostiene que «puede existir una revisión». Así, explicó, esta medida «se contempla cuando hay dudas razonables de que puede haber prevaricación en una sentencia». «Es lo que nos están negando y es lo que queremos que se haga», aseguró.

La segunda bala que les quedaba en la recámara, el recurso ante la Audiencia Provincial, también se falló en contra en el pasado mes de marzo «seis semanas» después de haberlo presentado, cuando «normalmente se tarda casi medio año».El matrimonio ya ha acudido al Defensor del Pueblo, al Diputado del Común, al Ministerio de Justicia y a la Fiscalía Anticorrupción, pero la respuesta siempre ha sido la misma, que no tienen competencias en el caso. Incluso, han consultado al Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) para que aparte del caso a la jueza por su vinculación con una de las partes, pero desde el Alto Tribunal se considera que no hay

ninguna irregularidad. Además, José María ya hizo una marcha de protesta con la que recorrió a pie unos 300 kilómetros desde Burgos hasta el Palacio de la Zarzuela para hacer llegar una carta a Su Majestad el Rey. La pareja teme que cuando se reanude el curso judicial en septiembre se intente ejecutar la sentencia de derribo «aunque no se sabe cómo, pero esperamos cualquier cosa».

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