Jiménez lanza su opción y el PSM detecta rechazo al «dedo» de Ferraz
La federación madrileña insiste en reclamar neutralidad al aparato del partido

Trinidad Jiménez sabe que el tiempo apremia y hoy mismo va a declararse «dispuesta» a asumir la candidatura socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, después de competir con el secretario general de esa federación, Tomás Gómez, en unas elecciones primarias entre los 20.000 del PSM, que se celebrarán el 3 de octubre. Jiménez vuelve a Madrid —ha estado de vacaciones— para ofrecer una rueda de prensa esta mañana, tan solo 36 horas después de que Rodríguez Zapatero fracasara en su intento de que Gómez se retire de la carrera electoral. Tanta premura no es baladí, explicaron ayer fuentes socialistas, porque no va a ser candidata sólo por el hecho de declarar su disposición y Gómez ya no tiene que hacer nada para estar en esas primarias.
«MC»Según la «Normativa reguladora de cargos públicos» del PSOE, Jiménez dispone de tres vías: que la proponga la Ejecutiva regional, impensable porque Gómez controla la mayoría; que el Comité Regional del PSM (560 miembros) se desdiga de su declaración de apoyo a la candidatura de Gómez en junio, con el respaldo del 95% de los miembros; o que la ministra consiga el aval del 15% de la militancia (unas 2.900 firmas).
Hasta el equipo de Gómez admite a este periódico que Jiménez «no tendrá problema» para recabar esas firmas entre el uno y el 25 de septiembre, fecha en que deberá entregarlas a la Comisión de Garantías Electorales Regional, que las verificará. De hecho, los «críticos» con el líder del PSM sostienen que ya tiene un millar de firmas. Pero las esperanzas de Zapatero y la Dirección Federal no se centran ahora en eso sino en torcer el brazo al político madrileño después de su rebelión el sábado por la noche en La Moncloa. Y es que el apoyo del Comité regional a Gómez fue solo «político» y sin validez jurídica, según reconocen fuentes socialistas, porque cuando se dio, en junio, la Ejecutiva Federal todavía no había abierto el proceso de candidaturas. Así, el Comité Regional tendría que oficializar ese pronunciamiento en septiembre y Ferraz está «trabajándose» a los alcaldes y agrupaciones del PSM, en la esperanza de que aquella mayoría del 95% de junio sea menos; o, incluso, que la imposibilidad de Gómez para renovar ese apoyo en el máximo órgano entre congresos le deje en evidencia ante la militancia, en vísperas de las primarias del 3 de octubre.
En este sentido, ayer se sucedieron los pronunciamientos de unos y otros cargos, a favor y en contra, pero el entorno del secretario general madrileño está confiado en que la militancia ha detectado la maniobra de Ferraz y sostiene que se está produciendo una reacción de rechazo, no a Jiménez sino a la «nueva injerencia» del aparato del partido que, tradicionalmente, ha retorcido el brazo de su federación madrileña e impuesto «a dedo» candidatos a la Comunidad y el Ayuntamiento.
Una de las precupaciones del núcleo que rodea a Gómez es el papel que juegue la Ejecutiva Federal en todo el proceso y así lo ponía de manifiesto en la nota que hizo pública la noche del sábado tras el encuentro de La Moncloa, al reclamar su «absoluta neutralidad» desde ahora y hasta el 3 de octubre. Porque la normativa reguladora de las primarias deja en manos de Ferraz aspectos básicos como que solo podrán participar aquellos militantes del PSM que figuren dados de alta en el «censo federal de afiliados» a 17 de julio pasado, fecha de la última actualización en reunión del Comité Federal.
«Mailing» sí, ataques no
El proceso de primarias en el PSOE, que se inventó Joaquín Almunia en 1999 y luego fue normalizado por los congresos federales, permite a los contendientes enviar con cargo al presupuesto del partido «una» carta similar al «mailing» electoral de las campañas (artículo 42.1 de la normativa), pero prohíbe denigrar al contrario. Un candidato «no podrá realizar campañas de imagen o publicidad pagada ni realizar manifestaciones que supongan menoscabo hacia las otras candidaturas, cargos públicos socialistas o responsables orgánicos», dice el artículo 42.2.
De hecho, lo primero que hizo Gómez el sábado por la noche en la reunión con Zapatero en la que, según fuentes próximas al líder del PSM, «no hubo ninguna tensión», fue proponer la integración de Jiménez en su candidatura, como fórmula para evitar primarias.A sabiendas de que Zapatero no lo iba a aceptar, Gómez intentaba trasladar a la militancia el mensaje de que por él no iba a quedar en cuanto a un mensaje de «integración» para derrotar el PP en las autornómicas. Pero antes, y visto o visto, tendrá que derrotar a Jiménez.
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