ARGENTINA
Maradona, «eyectado con una patada en el orto»
La Federación argentina echó anoche a Maradona y la prensa nacional se regodea

Era un secreto a voces que se ratificó sin demora. El comité ejecutivo de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) decidió por unanimidad de sus 28 miembros no renovar el contrato de Maradona como seleccionador albiceleste. Así lo anunció el portavoz de esta entidad, Ernesto Cherquis, quien dijo que el próximo amistoso —ante Irlanda el 11 de agosto— será dirigido por Sergio Batista, encargado de los juveniles argentinos. Según Cherquis, «no hay ninguna urgencia» para nombrar el nuevo seleccionador».
Y es que a última hora de la tarde ya no había marcha atrás. Las redes sociales bramaban y los periodistas argentinos tiraban balas en Facebook. Uno de ellos, de renombre y mucho prestigio, daba la clave: «Después de pasar el día en la playa me he enterado de que el seleccionador más vergonzoso de los últimos 35 años de la selección argentina fue eyectado con una patada en el orto. A ver que luminaria elige la nauseabunda AFA».
El preparador físico, Fernando Signorini, colaborador de Maradona, confirmaba la noticia: «Diego está fuera». Era la señal de que Maradona era destituido como seleccionador nacional tras un mes en el que hubo ruido de sables alrededor del Pelusa. La historia viene de largo. A Grondona, mandamás del fútbol argentino, se le llevaron los demonios tras el Mundial de Sudáfrica leyendo las críticas y crónicas que llegaban desde allí.
«Nunca en la historia de la selección argentina un técnico había desperdiciado tal potencial ofensivo como lo ha hecho Maradona esta vez». Al Pelusa le esperaba la Prensa nacional e internacional, con la escopeta de cañones recortados, mucho más después de lo de «A chuparla».
Guillotina preparada
Y se cebaron. Grondona tenía preparada la guillotina cuando al regreso de la selección una multitud de aficionados esperaba a Maradona y los suyos para festejar no se sabe qué. Eran los fieles a Maradona, los que no le abandonan ya deje en la cuneta a Zanetti y Cambiasso hundiendo a su equipo en favor de los Heinze, Verón y demás futbolistas con los que formó su guardia pretoriana mientras abría un boquete de consideración en la estrategia argentina. Sin centro del campo y sin defensa, abocados a la brutalidad macarra de Heinze y al oscurantismo de Verón, Argentina se hundió ante el primer equipo bien armado que se encontró: Alemania.
Pero la fe ciega de parte de la afición frenó a Grondona que, como político viejo y zorro, aparcó el plan A para echar mano del B. Tanteó a Diego, que se vio perdido en el juego de palabras: «Me gustaría quedarme, he de hablarlo con los míos». Grondona lanzó globos sonda diciendo que Diego se quedaría hasta el próximo Mundial.
«Los suyos...». Y ahí encontró la solución para que no le salpicara la destitución. El plan B consistía en citar a Maradona y decirle «deseamos que conduzcas la nave hasta el próximo Mundial, pero...». El pero era que tenía que soltar lastre. En la pasada madrugada, Maradona dejó de jugar a las palabras y puso los naipes boca arriba diciendo en la televisión que «si me tocan a uno de los míos, ya sea el utillero o el masajista, me voy».
Grondona lo vio claro. Dijo que seguía si se cargaba, no al utillero, sino al utillero, al masajista y a parte de su equipo técnico, incluido Mancuso, que es como arrancarle el corazón al Pelusa. Siete en total. Ese fue el fin. Maradona dijo no y la Argentina con cabeza respiró.
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