Altas y bajas en la flota
Tampoco hay fondos para acometer la modernización del «Príncipe de Asturias»
Empezado en 2005 y botado en 2008, es el mayor navío construido en España y el orgullo de la empresa nacional Navantia. Ha servido para vender otros dos iguales a Australia
En julio la Armada recibirá el «Cantabria», un gran buque de aprovisionamiento de combate, que también será muy útil para «operaciones humanitarias» y frente a catástrofes ecológicas
Defensa tantea a varios países africanos para colocar los patrulleros más viejos de la Armada que cumplen misiones de vigilancia de costa, como son los de la clase «Conejera»
El «buque de proyección estratégica» «Juan Carlos I», futuro buque insignia de la Armada Española, que fue botado en marzo de 2008, ha terminado su periodo de pruebas en el mar, pero sigue sin tener fecha de entrega, con lo que acumula nuevos retrasos sobre el calendario previsto en un principio para que encabezara la flota. En 2009 fueron los rediseños sobre la marcha, en febrero pasado un problema técnico con los motores auxiliares; pero ahora hay un obstáculo presupuestario que descarta su entrega, de momento, hasta después del verano. La empresa nacional Navantia asegura que está listo, la Armada dice que todavía hay pegas que solucionar. Navantia tiene prisa por entregarlo y Defensa ninguna para quedárselo.
El equipamiento más básico para que se haga a la mar —como el equipamiento para los camarotes, las cocinas o la enfermería— cuesta alrededor de nueve millones de euros y con los recortes aplicados por el Gobierno al presupuesto de Defensa en general y a la Armada en particular los fondos para poner en marcha o alistar nuevos buques están bajo mínimos.
El «Juan Carlos I», con 230 metros de eslora, un desplazamiento de 27.000 toneladas y capacidad para llevar a 1.400 personas, es el mayor barco de guerra construido en España y el más grande que haya tenido nuestra flota. Obedece a un nuevo concepto de navío de guerra miltiusos. Es un portaaviones y al tiempo buque de asalto anfibio.
El nuevo navío de la Armada, según los planes de cuando se aprobó su construcción en 2003, tenía que estar ya en servicio para relevar al actual buque insignia, el portaaviones Príncipe de Asturias que, cumplidos 22 años de servicio, le toca una urgente remodelación a fondo.
Como tampoco hay fondos para acometer la millonaria modernización que corresponde al portaaviones, se da por hecho que ambos buques no llegaran a operar juntos e incluso que, visto el panorama presupuestario para los próximos tres años, es probable que tengan que compartir parte de sus
equipos auxiliares, aviones o helicópteros.
La Armada sí que recibirá este año de Navantia, el próximo día 28 de julio, un navío de dimensiones mucho modestas, el «Cantabria», un buque de aprovisionamiento de combate (BAC) considerado vital para el apoyo logístico de la flota por su gran capacidad de transporte. Tiene 173 metros, desplaza 9.800 toneladas y también tendrá una gran utilidad para «operaciones humanitarias» y en caso de catástrofes ecológicas. El retraso en la entrega del «Cantabria» ha sido de seis meses.
Mientras espera la incorporación de las nuevas unidades, la Armada intenta ahorrar con el adelanto de las bajas de sus barcos patrulleros más antiguos al tiempo que intenta también colocarlos en el mercado de «segunda mano». Para ello, Defensa tantea a varios países africanos con el fin de hacer caja o ahorrarse algo en mantenimiento. Busca comprador para dos patrulleros, el «Dragonera» y el «Conejera», que llevan 28 años en servicio.
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