No al «mosquito» antibotellón

El «mosquito» antibotellón tiene los días contados. La Asamblea del Consejo de Europa acaba de pedir en Estrasburgo que se prohíba por ser «altamente ofensivo» al equiparar a los jóvenes con especies de pájaros o bichos no deseados. La institución internacional, en la que están representados parlamentarios de 47 países de todo el mundo, apoyó por unanimidad el informe del diputado Piotr Wach. En él se pedía el cese de estos dispositivos por entrar en conflicto con los derechos humanos, la vida privada y la libertad de reunión.

Este ruido de mosquito, sale de una especie de «caja» metálica que emite un tenue pitido, no audible para las personas adultas pero sí para las de entre 20 y 25 años. Sólo en Reino Unido, se han instalado unas 3.500 de estas inocuas, pero molestas cajas. La cuestión es que los centros comerciales y las zonas residenciales donde se instalaron, con el asesoramiento de los ayuntamientos correspondientes, vieron cómo los jóvenes que los fines de semana solían frecuentar estas áreas directamente desaparecieron. Eso sí mediante un trato vejatorio, como un algo «a exterminar». Estos aparatos, instalados en Reino Unido desde 2008, han sido objeto de polémica en toda Europa, Bélgica incluida. Allí arrancó una campaña, culminanada ahora, con la petición de prohibición por parte del Consejo de Europa. El argumento: Los jóvenes no son ni parásitos ni perjudiciales para la sociedad. Mientras una empresa británica continúa ganando dinero con la venta de estos mecanismos causantes de dolor acústico a la juventud. Al precio de 700 euros, se calcula que han distribuido 5.000 en el mundo. Una vez que el Consejo de Europa ha dado su visto bueno, será la Comisión Europea la que hará una propuesta para que este dispositivo se prohíba en el territorio.