Un año, mil millones
Hoy hace un año falleció Michael Jackson. La polémica familiar y con su doctor no oculta el negocio que ha supuesto su muerte
Nada más morir, hace hoy un año, de una farmacológica y servicial sobredosis, Michael Jackson se reencarnó en una de esas excepciones del mundo del espectáculo que generan mayores beneficios muertos que vivos. Según la revista «Billboard», el legado musical del rey del pop habría generado «al menos» mil millones de dólares durante los últimos doce meses. Inmediatamente después de su muerte, su música publicada se convirtió a la velocidad de internet en la más vendida a través de iTunes. Ventas y reediciones de millones de discos a las que hay que sumar los ingresos de la película «This is it», realizada a partir de las grabaciones de los ensayos para un malogrado retorno a los escenarios en Londres. Más las licencias para toda clase de productos como «ringtones», los contratos para publicar nuevos discos y los derechos del homenaje a cargo del «Cirque du Soleil».
Irónico negocio
Hasta la serie de multitudinarios conciertos que Michael Jackson tenía previsto realizar el año pasado en la arena O2 de Londres ha resultado un irónico negocio. Muchos seguidores han declinado la oferta de ser reembolsados, optando por retener como «souvenirs» únicos sus entradas con un valor conjunto estimado en más de seis millones de dólares. Incluso muerto, Jackson disfruta de uno de los contratos discográficos más lucrativos en toda la industria discográfica. Sony Music Entertainment alcanzó un acuerdo en marzo para publicar una decena de producciones, desde el próximo noviembre hasta 2017. Por todos estos ingresos extraordinarios, los
Incluso muerto, Jackson disfruta de uno de los contratos más lucrativos de la industria
albaceas del patrimonio de Jackson han estabilizao su muy delicada situación financiera. Según estima el «Wall Street Journal», los administradores de esa complicada herencia se enfrentan a las enormes deudas acumuladas por el cantante, como un préstamo facilitado por Barclays por valor de 300 millones de dólares, que vence a finales de este año.
La saga del doctor
Si se presta atención a las declaraciones y testimonios de la familia de Michael Jackson, la muerte del «rey del pop» fue producto de una retorcida e interesada conspiración con múltiples culpables. Para la Justicia de Estados Unidos, las posibles responsabilidades penales son bastante limitadas.
Ya que empiezan y acaban en el mencionado médico personal del artista, el cardiólogo Conrad Murray, acusado de un delito de homicidio involuntario. Un cargo que presupone la ausencia de malicia o premeditación y que acarrea una pena máxima de cuatro años de cárcel. Bajo fianza de 75.000 dólares, la vista preliminar de su juicio penal en los tribunales de Los Ángeles está prevista para el próximo 23 de agosto.
Aunque el doctor Murray consiguió la semana pasada una simbólica victoria al lograr retener su licencia para poder practicar en California. Pero bajo las estipulaciones dictadas al ser procesado, el cardiólogo tiene prohibido la administración de sedativos profundos o anestésicos. Aspecto clave en la inesperada muerte el pasado 25 de junio de Michael Jackson.
De acuerdo al sumario de este caso, el doctor Murray ha reconocido que para tratar el insomnio de su estelar paciente llevaba seis semanas utilizando cada noche una solución intravenosa con 50 miligramos de Propofol, un poderoso anestésico general no recomendado para uso doméstico. Además, Murray habría facilitado a Jackson los fármacos Lorazepam, para combatir la ansiedad, y Midazolam, un relajante muscular. Murray no pudo reanimar al artista al día siguiente. Y tras una llamada a los
La autopsia desveló que llevaba en su cuerpo toda una letal farmacia
servicios de emergencia, la estrella de la música pop fue trasladada en ambulancia al Centro Médico de la Universidad de California en Los Ángeles, donde no se pudo hacer mucho más que certificar su muerte por parada cardiaca, aunque la autopsia posterior reveló que Michael Jackson llevaba en su organismo toda una letal farmacia.
En su defensa, Conrad Murray ha testificado que él no fue el primer doctor que utilizó Propofol con Michael Jackson. A su juicio, el cantante estaba enganchado a ese fármaco y aseguró que se enfrentó a él, que insistía en utilizar toda las noches lo que llamaba coloquialmente como su leche para poder conciliar el sueño.Todas las investigaciones sobre el doctor Murray coinciden en señalar sus graves problemas económicos y enormes deudas antes de firmar el cuantioso contrato para actuar como médico personal de Michael Jackson.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete