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Álvaro Uribe despeja su futuro: aspira a la alcaldía de Bogotá

El presidente electo, Santos, nombra a su ministro de Hacienda

AFP

ALEJANDRA DE VENGOECHEA

Con un 75% de popularidad puede hacer lo que quiera. Por eso el júbilo fue total cuando ayer el presidente Álvaro Uribe insinuó que después del 7 de agosto, día en que entrega la presidencia a su ex ministro de Defensa estrella Juan Manuel Santos, quiere aspirar a ser el nuevo alcalde de Bogotá.

«Quiero ayudar en lo local, a que las cosas salgan bien. Me gusta una buena Alcaldía de Bogotá, me gusta ver la prosperidad de esta ciudad, me gusta que la administren bien», comentó Uribe, al ser preguntado en RCN Radio sobre si prevé ser candidato en el futuro al gobierno de la capital.

Aunque ya en entrevistas pasadas la esposa de Uribe, Lina Moreno, había dicho que a su marido le encantaría volver a administrar algo más pequeño que un país, lo cierto es que esta declaración cambia mucho el panorama.

Uribe, abogado de 58 años que logró bajar los secuestros un 85%; los homicidios un 45% y, en general, devolvió a Colombia una seguridad perdida, ha dicho que quiere actualizarse, estudiar idiomas, crear una universidad virtual. Todo menos descansar.

En una entrevista con el diario «El Colombiano», el presidente que se ganó el cariño de todos los colombianos, dijo que lo primero que hará una vez entregue las «responsabilidades» será visitar la tumba de sus padres. «Aprenderé a ponerme al día en las herramientas del computador. También le diré a Jerónimo (su segundo hijo) que me enseñe simulaciones financieras. Seguiré el consejo de mi madre, que me decía que había que montar en bicicleta, trabajar, trotar para evitar las malas tentaciones», dijo un Uribe más tranquilo, más jovial.

Tras reconocer que lo más duro de los ocho años de gobierno que hereda su delfín Santos, tras arrasar en las urnas con 9 millones de votos, fue ver morir a varios de sus funcionarios asesinados por las guerrillas o perder a un ministro en un accidente de avión, su sueño es dormir al lado del río Vaupés (al sur de Colombia). «También quiero bañarme sin afanes en el Río Claro y disfrutar todos los climas de la sierra nevada de Santa Marta».

Una ficha fuerte

Y mientras Uribe está metido en otro proceso, su sucesor Santos arrancó sin perder tiempo. Pese a que Santos recibe el cargo en un par meses, en la tarde de lunes nombró al economista Juan Carlos Echeverry como su ministro de Hacienda, y dejó claro que lo económico y la reducción del desempleo del 12,2% al 9%, como prometió, es una prioridad.

Echeverry, ex ministro de Hacienda como él, doctor en Economía de la Universidad de Nueva York y profesor de la Universidad de los Andes, es una ficha fuerte y preparada. A sus 44 años ha sido director de Planeación Nacional —el organismo que estudia la administración de los recursos públicos en la infraestructura—, y asesor de bancos de inversión internacionales. «Estoy escogiendo con el máximo cuidado para tener un gabinete de lujo», dijo Santos en una rueda de prensa. Como segunda prioridad, Santos atacó la seguridad. Ayer en la mañana llegó al Ministerio de Defensa, al que renunció para aspirar a la presidencia, donde fue recibido como un héroe por los militares.

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