Numancia se libra del polígono industrial

TULIO DEMICHELI

MADRID

Una de las mayores amenazas que se ciernen sobre Numancia se ha disipado. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha hecho públicas dos sentencias que confirman la ilegalidad de la expropiación de la finca El Cabezo, propiedad de la familia Marichalar, por parte del Ayuntamiento de Soria para construir allí el polígono industrial Soria II. La Sala ha estimado la apelación de Ana de Marichalar contra la sentencia que rechazó su demanda contra la expropiación argumentando que se había producido indefensión, ya que no fue notificada correctamente por el Ayuntamiento. Y además se ha desestimado en otra sentencia el recurso de apelación interpuesto por el Ayuntamiento de Soria por la sentencia que estimó el recurso de Ignacio de Marichalar contra la decisión del consistorio de expropiar esas 117 hectáreas. Estas sentencias ponen fin a la expropiación porque no admiten recurso.

Como los lectores de ABC recordarán, numerosas instituciones culturales españolas y extranjeras mostraron su oposición a que se construyera ese polígono industrial junto a Numancia, entre otras, la Mesa del Instituto de España, las Reales Academias de Bellas Artes y de la Historia, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la Unesco, el departamento de Historia Antigua de la UNED, la Universidad San Pablo CEU, Europa Nostra, la Sociedad Española de Estudios Clásicos, el Institut Catalá D'Arqueologia Classica, el Instituto Arqueológico Alemán, la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, la Casa de Velázquez o la Academia de Ciencias de la Federación Rusa, por citar sólo unas pocas. Asimismo el procurador del Común de Castilla y León, Javier Amoedo, solicitó que se defendiera el paisaje de Numancia y su entorno y que se respetara el Convenio Europeo del Paisaje.

Sin embargo, el cerco urbanístico a Numancia no desaparece pues al día de hoy otras amenazas no han sido conjuradas. Muy cerca se construye la Ciudad del Medio Ambiente que incluye numerosas edificaciones industriales y residenciales en el soto de Garray, así como una urbanización junto al campamento de Alto Real en el Cerco de Escipión.