Jueves
, 10-06-10
BARCELONA. Convergència i Unió (CiU) vive la resaca de la borrachera independentista celebrada el martes junto a ERC e ICV. La decisión de los nacionalistas de apoyar una Iniciativa Popular (IP) para convocar una consulta secesionista, justificada como una simple admisión a trámite parlamentaria que no tendrá consecuencias en el futuro, fue objeto ayer de una reflexión algo más profunda por parte de dirigentes de Unió y de Convergència consultados por ABC, quienes admiten que este primer paso en la senda del independentismo sólo da alas a ERC, que con un poco de suerte -si la Junta Electoral Central lo permite- se verá recogiendo firmas en plena campaña de las autonómicas, esto es, en el mes de noviembre.
Ruptura con España
Paralelamente, Jordi Pujol celebraba su 80 años cumpleaños acatando esa norma no escrita según la cual, los ex presidentes están autorizados a decir todo lo que piensan, aunque eso perjudique a su partido. Y ayer lo hizo, con un llamamiento a debatir la vía de la ruptura con España.
En declaraciones a el programa «Els matins» de TV3, el ex «president» defendió que el Parlament y Cataluña en general, «debatan» sobre la independencia, dado que los cimientos del catalanismo autonomista están «en crisis», debido a la ofensiva «centralizadora» y uniformizadora en España. «El Parlament y el país deben debatir sobre la independencia, deben poder debatir sobre la independencia. Otra cosa es lo que decida la mayoría del país. El país es como es, tiene mucha complejidad pero, evidentemente, que se debata me parece perfectamente lógico y perfectamente normal», dijo.
Pero la actual cúpula nacionalista piensa de una forma muy diferente. «Es cierto que el catalanismo vive una situación de fatiga, pero la independencia no figura ni figurará en nuestro programa electoral», asegura un alto cargo soberanista de CDC, quien añade que, si CiU gobierna, «no habrá referéndum, no tenemos ninguna intención de hacerlo, y menos con la que está cayendo», en alusión a la situación de crisis económica. Tras la reacción del jefe de filas republicano, Joan Puigcercós, quien no escondió su euforia ante la admisión a trámite de la IP, los nacionalistas reconocen que se ha dado alas a ERC y que la cuestión de referéndum copará los titulares de la campaña de las autonómicas.
A diferencia de los convergentes, cuyo líder, Artur Mas, ha jugado a la ambigüedad con su invocación del derecho a decidir y su apoyo -que no impulso- a las cuatro tandas de consultas populares celebradas en Cataluña -la quinta tendrá lugar el día 20-, UDC siempre se ha manifestado en contra de la independencia y reducen la admisión a trámite a un puro formalismo, pues a diferencia de una propuesta similar cursada meses atrás, rechazada por los letrados del Parlament, la petición viene ahora avalada por esos juristas.
CiU tiene dos representantes en la Mesa del Parlament, Lluís Corominas (CDC) y Antoni Castellà (UDC) y ambos votaron a favor de la IP junto con los representantes de ERC e ICV, mientras que PSC -a través de la diputada Lidia Santos invocó un informe propio contrario a la tramitación- y PP la rechazaron. Estas dos formaciones han anunciado que llevarán la propuesta al Consell de Garantíes Estatutàries. Pero los socialcristianos han sabido explorar las contradicciones del tripartito en general y del PSC en particular, pues recuerdan que CiU votó en contra de la ley de consultas populares que desarrolla el Estatut, mientras que los socialistas sí la apoyaron.
En ambos casos, recuerda un dirigente de UDC, «el Gobierno español tiene la última palabra y no será precisamente a favor de la celebración del referéndum». Este mismo cargo de Unió recuerda que, en aquella ocasión, también se contó con el visto bueno de los asesores jurídicos de la Cámara catalana.