Asesinada la primera autoridad católica de Turquía, el obispo Padovese
El presidente de la Conferencia Episcopal turca y obispo católico de Anatolia, el italiano Luigi Padovese, murió ayer degollado por su chófer y guardaespaldas en su casa de verano en la ciudad de Iskenderun, cerca de la bíblica Antioquia. La Policía informó a la prensa de que Murat Altun, de 26 años, su chófer y guardaespaldas durante los últimos cuatro años y medio, confesó tras ser detenido que lo mató «tras una discusión».
Padovese era una de las personalidades que debían recibir hoy en Chipre al Papa Benedicto XVI. Nada más conocer la noticia, la Santa Sede expresó «desconcierto y dolor». «Monseñor Padovese ha sido una persona que ha tenido grandes méritos», explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que añadió que «su muerte nos hace pensar espontáneamente en la de don Andrea Santoro», el sacerdote católico italiano que fue asesinado en 2006 en la localidad de Trapisonda, a orillas del Mar Negro, a manos de ultranacionalistas turcos.
Lombardi recordó que la noticia llegó en la vigilia del viaje del Papa a Oriente Próximo, a donde se dirige «precisamente para animar a las comunidades cristianas que viven en esta región». «Este suceso hace entender muy profundamente que la solidaridad de la Iglesia universal y el apoyo a estas comunidades cristianas es absolutamente urgente y necesario», concluyó el portavoz vaticano.
El gobernador de la provincia turca de Hatay, Celalettin Lekesiz, afirmó que el presunto asesino del obispo tenía «problemas psicológicos» que le llevaron a seguir terapias en centros especializados durante algún tiempo, por lo que el suceso «no tenía ningún trasfondo político o religioso».
Padovese era el vicario apostólico de la Iglesia Católica en Anatolia, un cargo creado hace diez años y que cubre casi la mitad del territorio de Turquía, desde el Mar Negro al Mediterráneo.
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