Literatura italiana, ¿la gran olvidada?
El «efecto Federico Moccia» llega hoy a la Feria del Libro para firmar su última novela: «Perdona pero quiero casarme contigo»

Después de que, por su culpa, Roma se llenase de candados –cuando los lectores, imitando a la pareja de enamorados de la novela «Tengo ganas de ti» , escribían sus iniciales en los candados, los enganchaban en el puente Milvio y tiraban la llave al río Tévere–, el escritor italiano Federico Moccia llega el domingo a la Feria del Libro de Madrid con su novela «Perdona pero quiero casarme contigo» , editada por «Planeta» .
Tras el éxito que cosecha en Italia y alcanzar las primeras ventas en España desde su publicación el pasado enero, en su editorial esperan que la firma de libros –de 10.30 a 21 horas en varias casetas– alcance el mismo éxito.
Pero no todo el mundo piensa lo mismo. «Moccia no vuelve a vender un libro en su vida», apunta Carlos del Hierro, el dueño de la única librería específicamente italiana de Madrid . «Federico Moccia o Fabio Volo son autores sin ninguna trascendencia —añade la directora del departamento de Filología italiana de la Universidad Complutense de Madrid , Aurora Conde—, aunque no se le puede negar que los estudiantes lo leen».
Parece ser que el escritor más criticado por los expertos, es también el más leído; o, al menos, el más vendido. Pero más allá de los best seller, ¿cuánta literatura italiana traspasa fronteras? «La recepción de autores contemporáneos italianos es razonablemente buena, con grandes nombres como Antonio Tabucchi, Claudio Magris, Alessandro Baricco, Umberto Eco …, pero acarrea problemas: las traducciones no siempre son buenas, la falta de interés que le prestan los medios desvirtualiza la realidad...», subraya la profesora. «O un autor como Italo Calvino, que fue y es uno de los más demandados, de los que no pasan nunca de moda», añade Del Hierro.
Autores de siempre
Sin embargo, Javier Santillán, editor de Gadir , una de las editoriales que más apuesta por la traducción de autores italianos -acaba de editar clásicos como «El duelo, de Giacomo Casanova ; «Zibaldone», de Giacomo Leopardi ; o «El archidiablo Belfegor», de Nicolás Maquiavelo - tacha a la literatura italiana como «una de las grandes olvidadas». El editor apunta que la presencia de escritores italianos es muy poca comparada con otras como la sajona: «Radica en el poder económico que tiene el país, que prevalece sobre el cultural». También anota que la política actual de difusión que realiza el gobierno italiano necesita «mucho campo de mejora».
La crítica literaria Mercedes Monmany coincide con él, aunque aclara que es un mal compartido con las otras literaturas europeas: «La traducción europea llega con cuenta gotas. Basta con mirar hacia países como Francia o Portugal. Estados Unidos es una industria editorial muy poderosa. Acapara en torno al 70%». Respecto a la gestión señala que hay países como Holanda, Hungría o Israel que tienen un instituto de promoción del libro , pero que funcionan sólo porque son países pequeños fáciles de gestionar. Monmany apunta hacia el exceso de competencia como núcleo del problema editorial: «No todos los autores de best seller son malos, hay ejemplos como Paolo Giordani («La soledad de los números primos», editorial Salamandra ), que es un autor joven, que vende mucho, pero que, además, es bueno.
Arrasan los «Fumetti»
En cuanto a gustos, la novela encabeza la atención de los lectores, «aunque se venden algunos ensayos», explica el editor de Gadir. Mientras, en la librería italiana de Madrid añaden que también aumentó mucho la venta de «Fumetti» (comic italiano).
Aurora Conde anota que muchos lectores se introducen en la literatura italiana a través de sus estudios, pero otros movidos por el cine, como ocurrió con «Gomorra», de Roberto Saviano . También triunfa lo que en Italia ahora se conoce como el «Noir mediterráneo» (género negro). Está configurándose, puntualiza la profesora, como un género «de renovación y de profundidad». Algún representante: Andrea Camilleri, Máximo Carlotto y Carlo Lucarelli.
Sin embargo, los grandes clásicos ( Dante, Petrarca, Boccaccio, Leopaldi, Svevo, Manzoni, Pirandello …) continúan teniendo su peso. Son autores muy demandados... Lo que no implica que leídos.
Para acercar la literatura italiana a los lectores hispanoparlantes, Anagrama apuesta por Claudio Magris o Antonio Tabucch i; mientras Gadir lo hace por Elsa Morante, Italo Svevo o Dino Buzzati . Sobre este último, Gadir publicará en breve una edición especial a cargo de Luis Mateo Díez, en la que contribuirán varios expertos buzzatianos españoles e italianos.
Durante el siglo XX, Italo Calvino, Natalia Ginzburg, Primo Levi o Indro Montanelli fueron algunos símbolos de literatura de calidad en el país vecino. Ahora, los nuevos escritores también llegan pisando fuerte.
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