La salud de Johnny Halliday, cuestión de estado para Francia

Johnny Hallyday (66 años), el ídolo de varias generaciones de franceses, es víctima de una decena de patologías asociadas al «uso abusivo» de alcohol, durante muchos años.

Johnny ha vuelto a París, para someterse a varios análisis en un hospital especializado y hacer frente a un complejo debate jurídico sobre su problemas de salud, hace meses, cuando fue hospitalizado en Los Ángeles, donde estuvo en coma y sufriendo ataques de «delirium tremens» durante varios días.

En su día, familiares y asociados al cantante culparon de sus problemas al cirujano que le había operado una hernia discal, semanas antes de su internamiento en Los Ángeles.

Los familiares y allegados al cantante hace meses que se disputan el «control» y gestión de sus negocios. Y esa soterrada pelea ha desembocado en un nuevo rosario de análisis médicos e informes judiciales.

Johnny «quiere saber» si algunos de sus problemas están relacionados con la mala gestión médica de su estado, tras serle operada una hernia discal. Varios especialistas parisinos son invitados a confirmar y matizar los informes de un hospital de Los Ángeles. Y varios expertos judiciales deberán zanjar sobre la posible responsabilidad del cirujano que operó la hernia discal.

En ese marco, «L’Express» revela informaciones filtradas por varias fuentes médicas, en Los Ángeles, según las cuales Jonny Hallyday fue internado, en California, como consecuencia del rosario de patologías asociadas al «uso abusivo» de alcohol. Según los informes médicos citados por «L’Express», un cardiólogo californiano habría comentado el caso en estos términos: «¡Es increíble la cantidad de alcohol que ha podido consumir y consume este hombre...!».

Hace meses, estaba prevista una gran y última gira nacional de Johnny. La gira se vino abajo, tras el internamiento en Los Ángeles. Y ahora comienza un nuevo, largo y quizá doloroso purgatorio: Johnny huyendo de los fotógrafos, en las afueras de París, donde debe ser examinado, de nuevo, antes de volver a huir a Gstaad, en Suiza, etapa previa a su futura instalación en Pacific Palissades, lejos de una Francia que sigue, atónita, la saga/fuga del hijo pródigo y borracho.