Los socialistas catalanes quisieron pactar el fin de la Fiesta en 15 años
Los socialistas catalanes han intentado al menos en dos ocasiones pactar el fin de la Fiesta de los Toros en Cataluña a cambio de una moratoria de quince años. Según ha podido saber ABC de fuentes socialistas, ésta ha sido la posición interna del PSC tanto en la pasada legislatura, cuando la convocatoria de elecciones paralizó la propuesta de Esquerra Republicana contra la Fiesta, como durante el actual debate de la Iniciativa Legislativa Popular, que aboga por el fin de las corridas de toros en Cataluña.
El PSC vive una guerra interna por los toros, que de cara a los aficionados ha querido personalizar en su diputado David Pérez como un «auténtico abanderado de la Fiesta». A la vez, ha intentado lavar la cara ante los sectores antitaurinos del partido con un «sí pero no» a la prohibición de las corridas. De ahí su propuesta ante los grupos nacionalistas de CiU y ERC de admitir el fin de la Fiesta a cambio de una moratoria de al menos 15 años en su aplicación, una idea que ya barajó en la legislatura anterior. Sin embargo, esas intenciones, con las que sondearon sin éxito a sectores de aficionados catalanes, no han tenido tampoco eco entre el resto de la clase política abiertamente en contra de los toros, que todo lo más está dispuesta a aplicar la prohibición -si finalmente sale adelante en el Parlament- en enero de 2012.
Ese nadar entre dos aguas de los socialistas les ha llevado también, en una «huida hacia delante» -según sectores del propio partido-, a intentar convencer a los diputados de CiU, de ERC y de ICV con una «posición light» ante la Fiesta y a buscar un consenso para conseguir una desaparición gradual de los espectáculos taurinos.
Fracasada su opción de moratoria a quince años vista, abrigaron esperanzas en una «corrida a la portuguesa», que precisamente rechazaron cuando en 2005 lo proponía ERC. Y así, mientras David Pérez regalaba los oídos de los aficionados en todos los foros taurinos, asegurando que la «batalla se iba a ganar», en el seno de su partido se daba ya la batalla por perdida y hasta se buscó un consenso en base a un hipotético reglamento taurino catalán que contemplaría «el límite temporal de la suerte del estoque», o el «límite de las dimensiones de las espadas, banderillas y cualquier útil que se use en la lidia, y en el uso que se pueda hacer de él».
Ante estas propuestas, son muchos los aficionados catalanes que se sienten «engañados». «Hace un tiempo se nos sondeó con la posibilidad de una moratoria de hasta 25 años», comentan de fuentes cercanas a la Plataforma para la Defensa de la Fiesta y a la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña. Nadie entonces hizo caso de una estrategia que ahora ven clara: «La vela a Dios y al diablo de los socialistas». Pero lo que les duele especialmente es lo que consideran una «traición» por parte de quien se ha colocado junto a ellos en primera fila de la lucha, esa «tibieza que se vislumbra respecto a las corridas de toros, todas esas maniobras que se dejan entrever como los eufemismos que emplean desde el PSC de lo que ahora llaman un trato digno al toro, todo para intentar que la prohibición les salpique lo menos posible entre su electorado».
El pasado jueves, el PSC dio por perdida la batalla. Su diputado David Pérez consideró que la libertad de voto que va a dar CiU a sus diputados no va a impedir la prohibición, incluso si finalmente el PSC vota en bloque por la pervivencia de la Fiesta.
«Se ponen la venda antes de la herida», critican representantes de los aficionados, que recuerdan que los socialistas dieron libertad a sus diputados cuando se votó admitir a trámite la prohibición de las corridas y ahora se quejan de que lo hagan los nacionalistas de CiU. «Si en aquel momento se hubiesen plantado como dicen que van a hacer ahora, quizás no estaríamos ante el fin».
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