Tras los «camisas rojas», llegan los «camisas verdes»
Aplastada la revuelta de los “camisas rojas”, que desató el caos en la capital tailandesa, llega la revolución de los “camisas verdes”. Para distinguirse de los manifestantes y los partidarios del Gobierno, que han adoptado el color amarillo que también representa al venerado rey Bhumibol, ése es el color que han escogido los empleados de la limpieza que se encargan de limpiar el centro de Bangkok tras la batalla del miércoles.
Mientras las máquinas excavadoras retiran las barricadas de neumáticos y cañas de bambú, una marea verde desmonta las carpas y altavoces del campamento y recoge la basura y los restos que dejaron en su huida los “camisas rojas”, como las esterillas sobre las que dormían y las pancartas a favor de la democracia y contra el Gobierno. Militares con pañuelos verdes anudados al cuello cargan en camiones los escombros de algunos de los 39 edificios quemados en la ola vandálica que siguió al asalto militar.
Los daños son cuantiosos en el distrito financiero y comercial de Bangkok, plagado de rascacielos, carísimas “boutiques” de Dior, Louis Vuitton, Chanel y centros comerciales de lujo como Central World, que ardió pasto de las llamas por ser uno de los mayores del Sureste Asiático y pertenecer a una de las familias más ricas de Tailandia. Recientemente remodelado con una inversión multimillonaria y con una de sus fachadas reducida a cenizas, todavía tardará un tiempo hasta que sus 500 tiendas puedan volver a abrir sus puertas.
Otra gran galería con 300 establecimientos y un millar de trabajadores, Center One, ha sufrido daños por valor de mil millones de bahts (25 millones de euros), mientras que el perjuicio a la Bolsa de Bangkok y a otros inmuebles municipales ha sido cuantificado en 100 millones de bahts (2,5 millones de euros).
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete