El voto de castigo por la crisis premia a los candidatos más radicales
El profundo descontento político acumulado por Estados Unidos durante su dolorosa recesión económica ha vuelto a dejarse notar este martes en un puñado de elecciones primarias. Una vez más, las frustraciones de los votantes se han canalizado en forma de castigos hacia el «establishment» del actual sistema bipartidista. Con resultados que confirman la emergencia del «Tea Party» y tendencias inquietantes tanto para demócratas como para republicanos.
En Pensilvania, uno de los principales campos de batalla en la política americana, el senador Arlen Specter ha sido rechazado por casi diez puntos de diferencia a pesar de una carrera de treinta años en la Cámara Alta. Los electores del Partido Demócrata no han conectado con el octogenario senador, que el año pasado decidió abandonar las filas del Partido Republicano tras respaldar el paquete de estímulo económico de Obama. Un cambio de chaqueta profusamente alabado en su momento por la Casa Blanca.
Tres en dos semanas
Con lágrimas en los ojos y dificultades para asumir su derrota, Specter es el tercer veterano de la política americana que pierde su nominación durante las dos últimas semanas. En esa creciente lista se incluye el senador republicano por Utah, Robert Bennett, derrotado por activistas conservadores y el congresista demócrata por Virginia Occidental, Alan Mollohan, que no ha podido superar problemas éticos.
Aunque el caso de Arlen Specter ha sido con diferencia el más llamativo por ser resultado de una votación popular en Pensilvania. Sin importar consideraciones de que la capacidad de maniobra e influencia en el Congreso de Estados Unidos suele estar asociada a la longevidad política del ocupante de cada escaño.
El ganador de la nominación demócrata para el escaño senatorial en juego por Pensilvania ha sido Joe Sestak, un retirado almirante de la «Navy». Al celebrar su triunfo rodeado de sus seguidores en Filadelfia, el ex militar argumentó: «Esto es lo que es la democracia. Una victoria del pueblo sobre el «establishment», sobre el «status quo», incluso sobre Washington». Mensaje asumido por el frustrado gobernador demócrata Ed Rendell, que no ha dudado en calificar la derrota de Specter «como una llamada de atención para todo político en el poder, republicano o demócrata».
La saga Paul
En las primarias republicanas de Kentucky, el «Tea Party» ha logrado imponer de forma abrumadora a su candidato Rand Paul. Sin experiencia política alguna pero hijo de Ron Paul, candidato presidencial y congresista republicano por Texas con bastante renombre entre los círculos más conservadores de Estados Unidos. Al celebrar su victoria, el oftalmólogo fichado por el «Tea Party» ha repetido la consigna de «estamos aquí para reconquistar nuestro gobierno».
La victoria de Rand Paul tiene una doble trascendencia. Ya que hasta ahora los activistas del «Tea Party» se han dedicado a respaldar políticos afines ideológicamente en lugar de presentar sus propios candidatos. Además, este triunfo ha supuesto la derrota del secretario de Estado de Kentucky, Trey Grayson, respaldado por la cúpula del Partido Republicano y seleccionado por el senador Mitch McConnell, líder conservador en la Cámara Alta.
Finalmente, en Arkansas, la senadora Blanche Lincoln, con fama moderada dentro del Partido Demócrata, no ha conseguido una mayoría suficiente en las primarias al enfrentarse a una especie de motín entre sus correligionarios. Por lo que se verá obligada a competir el próximo 8 de junio contra el teniente gobernador Bill Halter, considerado como una alternativa más a la izquierda
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