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El «ejército» de Aído

Las Agentes de Igualdad de Oportunidades, denominadas a golpe de siglas como las AIO, van a desembarcar en buena parte de las empresas españolas

El «ejército» de Aído

Sectores empresariales transmitieron recientemente a ABC la sospecha de que el Ministerio de Igualdad podría estar valorando la posibilidad de imponer a la iniciativa privada la contratación obligatoria de «vigilantes» de la paridad. Desde la Secretaría de Políticas de Igualdad negaron categóricamente esta posibilidad. Sin embargo, esto no es óbice para que las Agentes de Igualdad de Oportunidades, que serían las encargadas de llevar a cabo este control, se conviertan en una figura profesional clave y habitual en las empresas.

Lo cierto es que la Ley de Igualdad fuerza, de momento sólo a algunas empresas, a disponer de forma obligatoria de un Plan de Igualdad y las profesionales mejor situadas para llevar a cabo esas estrategias son, como ellas mismas se denominan, las AIO.

La propia ministra ha reconocido recientemente la eclosión de estos planes y ha cifrado en un 65% las empresas que, obligadas por la ley a realizarlos, los han acometido en el último año, cuando el anterior sólo fue un 35%.

Ayudas con condiciones

Y aporta un dato más: «528 pequeñas y medianas empresas pidieron voluntariamente durante este año ayuda para elaborar sus planes de igualdad». No es extraño. El apoyo institucional es constante y lucrativo. El Ministerio ofrece un servicio técnico gratuito de asesoramiento. Además, sólo se puede aspirar a ciertas ayudas o subvenciones si existe un plan de igualdad. Al margen de que pueda ser cierto, esto es lo que señala la propaganda ministerial: «La igualdad es un medio para alcanzar la competitividad y la productividad; mientras que la discriminación es un mal negocio, porque supone despilfarrar talento y capacidad».

Lo cierto es que la realización de esos planes se está disparando. Todo apunta a que seguirán creciendo exponencialmente en los próximos años y que las AIO van a estar en la primera línea de fuego porque son las que mantienen mejores relaciones ministeriales. De hecho, su profesión acaba de ser incluida en el Catálogo Nacional de Ocupaciones como la única válida en cuestiones de Igualdad. La Federación que reúne a las distintas asociaciones autonómicas, la Fepaio, viene de alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Igualdad para conseguir su reconocimiento profesional.

Visto el auge que está adquiriendo la Igualdad, se vislumbra a corto plazo un buen negocio y en ese sentido Fepaio y sus socios, por habilidad y por méritos adquiridos, se están situando en una posición preferente. Pero hay algo más que negocio en todo lo que rodea la paridad. Sobresale, además, una causa que moviliza: la feminista. En este sentido, las distintas organizaciones profesionales vinculadas a Fepaio no ocultan su simpatía, cuando no su adscripción total, al feminismo más activo y radical.

I deología sobre todo

Iocova, la asociación que reúne a las AIO de la Comunidad Valenciana, forma parte de la Plataforma Feminista de Valencia, Alicante y Castellón. Apagioa, representante de las agentes gallegas, mantiene enlaces con Iniciativa Feminista y Feminismo ante la crisis. Desde Amplia, una de las dos asociaciones de Madrid, lo reconocen claramente en su web: «Intervenimos activamente en el movimiento de mujeres y feminista realizando incidencia política en diversos ámbitos relacionados con la igualdad de oportunidades».

Las AIO requieren una titulación específica. Deben ser licenciadas o diplomadas y luego especializarse. Los Masters para formarse en esta actividad ya son abundantes y en todos ellos se incluyen invariablemente materias como «Teoría Feminista e historia de las mujeres»; «Teoría y Metodología Feminista y de Género»; «Obras de referencia en la investigación feminista y de género»; «Los feminismos a través de la historia» o el denominado «Diferencia y teoría feminista».

Su ideario

Pero ¿qué labor queda realmente reservada para las AIO? ¿Serán «policías» de Aído? ¿«Comisarias políticas» de la paridad? Ellas consideran que «para que la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres sea real y efectiva, hemos de incorporar al proceso personas, acciones y métodos que lo aceleren. No podemos limitarnos a pensar que el simple transcurrir del tiempo se encargará de llevarnos a nuestro objetivo (...) Se ha legislado y se han diseñado políticas y acciones a favor de la igualdad y se han destinado recursos para su ejecución, pero entendemos que falta una pieza importante en este proceso: una figura profesional y experta que proponga, promueva, oriente, asesore, implemente y evalúe las intervenciones en materia de igualdad». Conclusión, ellas son las que deben realizar esa labor. Y todo ello, que nadie lo olvide, «desde el marco interpretativo de la teoría crítica feminista».

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