¿Dónde está Bibiana Aído?
La izquierda tiene con el velo una confusión parecida a la de Evo Morales con la calvicie y la homosexualidad, «males» que el presidente boliviano atribuye a las hormonas femeninas del pollo de las grandes explotaciones industriales. Como la izquierda atribuye el velo a la «identidad», a la sagrada identidad de todos aquellos que no sean ni españoles ni católicos.
Ya dijo recientemente un editorial de un importante medio socialista que la identidad nacional (la de los europeos) es un asunto de la extrema derecha. De ahí que la identidad musulmana sea un asunto suyo, cree la izquierda. Para lo que está incluso dispuesta a oponerse a toda la movilización de las mujeres demócratas en todo el mundo musulmán en contra de su discriminación. Y a confundir el velo con el derecho a la identidad como la homosexualidad con las hormonas del pollo.
Por eso un desorientado ministro Gabilondo defiende la prioridad del derecho a la educación de la joven del velo. Algo que jamás proclamaría si lo que la joven llevara en la cabeza fuera un símbolo nazi. O un símbolo de esclavitud. Pero sí un símbolo de sumisión de la mujer al hombre, como piensa la inmensa mayoría de las mujeres liberales y de izquierdas del mundo musulmán, sin que muchos europeos, la izquierda española, por ejemplo, se dignen a apoyarlas. Por aquello de la identidad de la minoría musulmana fundamentalista en Europa, que es la misma de los dictadores que reprimen a las mujeres en Irán y en tantos lugares del mundo.
Proclamó Bibiana Aído hace dos años que «las tradiciones culturales que no respetan a la mujer no han de ser respetadas». Pero le cayó un rapapolvo de De La Vega y desde entonces huye de la defensa de la igualdad de las mujeres musulmanas como de la peste, como ayer en el Congreso. Que se las arreglen, como los homosexuales y calvos con Evo Morales.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete