El dispositivo para combatir la gripe A se salda con un desembolso de seis millones

La incierta amenaza de la gripe A se ha saldado de forma mucho menos lesiva de lo esperado -en el 98,5% de los casos, la incidencia de la enfermedad fue benigna y evolucionó favorablemente-, pero no sólo debido a la escasa virulencia del temido H1N1 , sino al meticuloso y ordenado seguimiento de los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en España se han seguido a rajatabla. La coordinación entre las comunidades autónomas, que han actuado en todo momento con criterios homogéneos, es otra de las claves del éxito de esta experiencia en el campo de la lucha epidemiológica.
Un año de después de que se confirmaran las primeras muertes por el virus en México -el primer fallecido en la Comunidad se registró en julio de 2009- la campaña de prevención ha cubierto todos los flancos: la información a la ciudadanía, la formación a los profesionales de la salud y grupos de riesgo, la adquisición de material y vacunas y el refuerzo de camas en el ámbito hospitalario. En total, la Generalitat ha destinado seis millones de euros a estos conceptos, cifra a la que hay que sumar los 5,3 millones del coste de las 920.000 vacunas de la gripe estacional adquiridas por la Conselleria de Sanidad. Las dosis contra la gripe A (589.380 en total), fueron costeadas por el Ministerio a cargo de los Fondos de Compensación Interterritorial.
Teorías conspiratorias
La gestión de la «crisis de la gripe A» ha sido criticada internacionalmente por quienes acusan a la OMS de confabularse con los laboratorios farmacéuticos para fomentar un miedo desproporcionado entre la población. La monja benedictina Teresa Forcades, doctora en medicina y autora del libro «Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas», inició un movimiento ciudadano en internet para impedir que la vacuna contra la gripe porcina fuese obligatoria. Forcades denuncia cómo el poder político y económico adquirido por las grandes empresas farmacéuticas ha servido para garantizar unos enormes beneficios económicos. Otro de los más destacados impulsores de esta teoría es Wolfgang Wodarg, médico y epidemiólogo alemán que promovió que el Consejo de Europa investigara la relación entre los laboratorios y la OMS. Lo que no han sido capaces de determinar estas voces es lo que hubiera ocurrido en caso de no haberse adoptado las medidas preventivas.
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