José María Aznar: «Voy a llegar un poco más tarde, anuladme las reuniones»

Eran las ocho y diez de la mañana cuando un Fiat Tipo, cargado con más de 40 kilos de amoxal y exógeno, explosionó al paso del vehículo de José María Aznar, entonces presidente del Partido Popular. Dieciséis personas resultaron heridas. Una de ellas, Margarita González , murió tras permanecer más de tres meses en coma profundo. Aznar, gracias al blindaje de su coche, solo sufrió un corte en la mejilla. El «Comando Madrid» volvía a sembrar el pánico en la capital de España.
ETA atentó hace 15 años contra el hombre, «que de convocarse elecciones generales, sería el presidente de un Gobierno fuerte», cuando lo que quería la banda era «un Gobierno débil y el caos general», decía la portada de ABC del 20 de abril de 1995 . Aznar ya era visto por los terroristas como algo más que el jefe de la oposición, y, de hecho, un año más tarde se convertía en el presidente de España.
La banda, que tal vez intentó el atentado días antes con mando a distancia, sabía que el vehículo de Aznar no disponía de un inhibidor de frecuencias, pero sí el del escolta, por lo que, esta vez, para explosionar el coche-bomba utilizó un cable de 210 metros de longitud .
El blindaje del vehículo provocó que el líder popular abandonara el coche por su propio pie. Sin perder la calma, lo primero que hizo fue telefonear a su mujer, Ana Botella. Después llamó a la sede del partido, en la calle Génova. «Voy a llegar un poco más tarde, anuladme las reuniones de primera hora» . Inmediatamente después, Aznar fue trasladado al Hospital Ruber, donde fue sometido a un exhaustivo reconocimiento.
«Golpe para la democracia»
Minutos después de que el «Comando Madrid» intentara asesinar a José María Aznar, el Gobierno, representado por el entonces ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch , condenó el atentado calificándolo de «golpe para la democracia» y pidió a los ciudadanos «firmeza y serenidad ante el terrorismo».
El intento de magnicidio conmocionó a toda la clase política, que expresó su más unánime y firme rechazo contra el atentado. Julio Anguita , entonces coordinador general de Izquierda Unida, declaró, tras visitar a Aznar en la Ruber, que «en estos actos hay dos bandos: el de estos perros rabiosos asesinos y el de las personas normales». Por su parte, y en medio de la más absoluta impunidad, el proetarra Juan Cruz Idígoras , justificó el atentado y aseguró que era «consecuencia de la intransigencia del PP, que niega los derechos del pueblo vasco».
«Me encuentro bien y todo va a ir bien»
Sobre las cinco y media de la tarde, José María Aznar salió a la puerta de la Clínica Ruber para enviar un «mensaje de tranquilidad» a todos los ciudadanos. «Quiero mandar un saludo a todos los heridos en el atentado y un mensaje de tranquilidad para todo el mundo. Que todo el mundo esté tranquilo y sereno como lo estoy yo ». En declaraciones a ABC, el líder del Partido Popular, manifestó, en tono firme y rotundo, que «los terroristas no nos van a hacer cambiar. Si pensaban que íbamos a dar dos pasos atrás en nuestra lucha por la paz, se han equivocado».
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