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Turbión de togas

SUELE decirse con razón que la justicia española es lenta, pero cuando adquiere velocidad de crucero se convierte en un turbión togado en el que el poder judicial es capaz incluso de procesarse a sí mismo. Gürtel, Matas, Garzón: se necesita mucha atención para seguir el ritmo de la avalancha acumulativa de sobresaltos que estos días se derrama en cascada por las escaleras de los juzgados; un espectador distraído de los telediarios de sobremesa podría concluir que el magistrado ha pagado una fianza millonaria para escapar de la prisión dictada contra él a consecuencia de un sumario en el que el ex presidente balear pretendía juzgar a Franco por haber participado en una trama de corrupción extendida por Madrid y Valencia.

-Oiga, no bromee que ya está todo bastante enredado. ¿Le importaría ordenar los sintagmas?

-Con mucho gusto, pero le advierto que no es fácil. Veamos: el instructor inicial del caso Gürtel, o sea, Baltasar Garzón, se va a sentar en el banquillo del Supremo por abrir una causa contra el franquismo sin tener competencias para ello...

-... Y por eso se puede anular el sumario Gürtel.

-No, no, esa anulación se produciría, en su caso, por unas escuchas ilegales ordenadas por Garzón a la trama corrupta del PP.

-¿La trama de Matas?

-Frío. Ése es el tercer asunto, y por ahora no está cruzado aunque hay por ahí otro juez con tendencia a extralimitarse. Eso va de una mangancia organizada en Baleares cuando gobernaba el Partido Popular, y por la que a Matas le han impuesto una fianza de tres millones de euros que ha pagado en seis días con la calderilla sobrante.

-Pero entonces, ¿qué demonios hacían los de Gürtel?

-Robar, ¿le parece poco? Cohechos y sobornos a autoridades autonómicas.

-En Baleares.

-No, en Madrid y Valencia.

-Menudo lío... ¿le habrá quedado al PP alguna autonomía limpia?

-Hmmm... Yo no pondría ya la mano en el fuego.

-¿Y qué demonios pinta en todo esto Franco?

-Pues nada, ésa es la cosa: quizá el juez Garzón no encontraba mejor urgencia de la que ocuparse...

-¿Y por eso lo ha empapelado un juez de derechas?

-Mire por dónde, resulta que se trata de un reputado izquierdista; un rojo de toda la vida, vamos.

-¿Sabe lo que le digo? Que me he aclarado aún menos que al principio.

-No me extraña. Pero anote un pronóstico: Matas acabará condenado, Garzón no volverá a la Audiencia y los corruptos de Gürtel llevarán menos pena de la que merecen.

-Y alguien dimitirá en el PP, claro.

-Eso ya no es un pronóstico. Debería ser un imperativo moral...

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