Merkel aplica su cautela de ama de casa al rescate de Grecia
El torpe comienzo del segundo mandato de Angela Merkel no había dado para elogios; hasta que su conocida cautela de severa ama de casa, reavivada por la crisis griega, le ha ganado los primeros comentarios de encomio.
El conjunto de la prensa respalda su oposición a tirar de chequera y salvar la hacienda griega, como se hacía en tiempos de otra Alemania, que aún buscaba el favor de todos como alumna aventajada. Los alemanes se han vuelto muy frugales tras la recesión de 2003 y una encuesta de «Die Welt» arroja el resultado de que un 90% de los electores no ayudaría a la pródiga Grecia.
«Por suerte, al gobierno no le ha dado por empezar a lanzar paletadas de dinero a Atenas», dice el popular «Bild» , reflejando el sentir general y del electorado ante la quiebra de quienes han ido gastando más de lo que tenían. Y a los partidos en el gobierno les importa mucho cómo va a ser interpretada el gasto ocasionado por un aval de la deuda griega, en tiempos del mayor endeudamiento histórico de la República Federal.
Berlín está seriamente preocupado y traza guiones de actuación, especialmente porque además la banca alemana es la principal acreedora en la deuda griega, pero también por el peligro de contagio al conjunto de la economía del euro. Al tiempo, a la sobriedad alemana le rechina lo que ve como tendencia al derroche mediterránea , en lo que incluye a Italia y España. Pero, contra lo deslizado por socios interesados, Berlín insiste en que “no se piensa” en un rescate bilateral.
Escépticos liberales y democristianos de la canciller
El gobierno federal aparece dividido entre los escépticos liberales y los democristianos de la canciller, cuyo sentido europeo se ha reflejado al proclama públicamente que «no vamos a dejar a Grecia tirada en la estacada», pues al fin y al cabo el mercado común y el tratado de Maastricht de la moneda única son sendos contratos, para las duras y las maduras.
El vicecanciller y líder liberal (FDP) Guido Westerwelle se opone a desembolsar ayudas financieras directas . Pero como recuerdan los análisis más ecuánimes, tanto Atenas como la UE se habán comprometido un rigor –de gasto y de supervisión- que ha fallado: «ambas partes necesitan una nueva credibilidad, sin ella toda ayuda será en vano».
El « Frankfurter Allgemeine » alaba la resistencia de Berlín «a las presiones de los socios europeos» para con la chequera alemana: «No va a haber ninguna ayuda financiera de entrada. Y no va a haber negociaciones sobre posibles instrumentos financieros. Y esto es una victoria, parcial, para el sentido común». De otro lado, fuentes del gobierno señalan que Grecia ha podido colocar hasta ahora su deuda en el mercado sin problemas, aunque a precios elevados; así que Berlín «no pone en duda» que pueda seguir haciéolo.
Trichet respalda el acuerdo de ayuda
En Fráncfort, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha respaldado el acuerdo de ayuda alcanzado en Bruselas y se dice dispuesto a trabajar con la Comisión en la vigilancia de la aplicación de las recomendaciones; saluda también el compromiso de Atenas de «hacer lo necesario, incluida la adopción de medidas adicionales, para alcanzar sus ambiciosos objetivos, en particular la reducción en este año del 4 por ciento del déficit público». En un comunicado, Jean-Claude Trichet celebra el compromiso de actuar «de modo determinado y coordinado» de los miembros de la zona del euro.
Pero cálculos tanto del BNP Paribas como del Deutsche Bank estiman que los 50.000 millones que requiere Grecia sólo son una séptma parte de lo que posiblemente costaría rescatar al resto de los mediterráneos , incluídos los 200.000 que necesitaría la economía española . El monto total ascendería hasta un 3,5% del PIB de la eurozona o más del tripl del déficit presupuestario alemán de 2009.
Y el gobierno alemán acaba de conocer que su economía no creció en el último trimestre de 2009, año en que se ha contraído en un 1,7% ajustado estacionalmente; lo que viene a aguar las esperanzas de solidez del repunte iniciado la pasada primavera, con un 0,4% y un 07% en los trimestres intermedios. El organismo estadístico reconoce que la “recuperación de la economía perdió fuelle a final de 2009”, con caídas en el consumo y las inversiones empresariales; la nota positiva la ofrecen las exportaciones, pilar de la economía germana.
El repunte conjunto del PIB de la eurozona también se desinfla según Eurostat y en el cuarto trimestre habría logrado apenas un crecimiento de un 0, 1% sobre el anterior, con un descenso interanual acumulado del 2, 1%, con una contracción total de un 4% en 2009. Grecia ha sufrido el peor cierre del año, con una caída de la actividad de un -0, 8%, a la que siguen las economías italiana (-0, 2%) y española (-0, 1%), con un estancamiento en Portugal y Alemania.
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