Setenta hectáreas de colinas en Qala-i-Naw por 44 millones

La mayor inversión fija -y probablemente a fondo perdido- que ha hecho el Gobierno en Afganistán para mejorar la operatividad y al tiempo la seguridad de las tropas españolas en la zona ha sido la construcción de una base en las afueras de la localidad de Qala-i-Naw, en la provincia de Badghis. Son 70 hectáreas de colinas terrosas, de barro en invierno, junto al aeródromo de la citada ciudad. Tiene un perímetro de 6 kilómetros, vallado con alambre de espino. Se construye desde marzo pasado bajo la dirección de unidades de Ingenieros, ahora el Batallón nº 3 de Salamanca, cuyos miembros se van relevando cada cuatro meses (suelen superar el centenar) y nunca han figurado en la cifra oficial del contingente oficial español en Afganistán.

La base va a costar, entre la compra de terrenos, el levantamiento de los edificios y las comunicaciones internas, un total de 44 millones de euros. Los desniveles de la zona, las necesidades defensivas y el clima de la región han obligado a remover medio millón de metros cúbicos de tierra y conectar los distintos pabellones con viales especiales. Contará con una central eléctrica propia y una planta depuradora para el agua.

Con capacidad para albergar entre 1.100 y 1.300 militares, ha empezado a ser ocupada por el Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Qala-i-Now y los planes del Ministerio de Defensa es que esté terminada para junio de este mismo año. Ha supuesto toda una inyección económica para la provincia al emplear mano de obra local.

Qala-i-Naw se convertirá en la principal base española en Afganistán en los próximos meses. Al contingente fijo de 1.000 soldados que hay ahora se sumará esta primavera el refuerzo de otros 511 militares más 40 guardias civiles comprometidos ante las peticiones de Obama.

Además, en mayo puede haber comicios locales, con lo que tocaría enviar otra vez el habitual batallón de refuerzo: en total puede haber entre 1.600 y 2.000 soldados españoles en Afganistán a mediados de este año, entre cuatro y cinco veces más que cuando Zapatero llegó al poder.