Las tumbas sin nombre de Cachemira

En Srinagar abundan los cementerios. El conflicto que mantienen la India y Pakistán por la región de Cachemira ha llenado la capital de verano de la zona india de campos sacros. Son pequeños, apenas unos cientos de tumbas. Quizás un millar en los más grandes. Las tumbas pertenecen a víctimas de una violencia que durante 20 años ha dejado 70.000 muertos en enfrentamientos con el Ejercito indio o a manos de militantes que buscan la independencia de la región o su anexión a Pakistán. En las lápidas, según la tradición, se lee el nombre y la dirección del fallecido. Pero en Jammu y Cachemira hay otras tumbas. Sin nombres. La mayoría sin ni siquiera marcar. Un simple montículo en la tierra revela su existencia. También hay desaparecidos. Entre 8.000 y 10.000, de acuerdo con la Asociación de Padres de Personas Desaparecidas.
El terremoto de Cachemira de 2005 abrió zonas hasta entonces vetadas a grupos humanitarios y activistas. El descubrimiento fue macabro. La ONG El Tribunal Internacional del Pueblo sobre Derechos Humanos y Justicia en la región de Cachemira (IPTJ) acaba de publicar el informe «Evidencias enterradas». En tres años han descubierto 2.700 tumbas -el 90% sin marcar- con 2943 cuerpos. En algunas tumbas se encontraron hasta 17 cadáveres.
Enterrar los cadáveres
«La policía o los militares llegaban a un pueblo, elegían a un grupo de hombres y les hacían enterrar los cadáveres. Les decían que eran militantes paquistaníes», explica Parvez Imroz, cofundador del IPTJ. El estudio se ha llevado a cabo en 55 pueblos de tres de los diez distritos del estado, el único de mayoría musulmán en la India. «Estamos convencidos de que si investigamos toda la región el número de civiles desaparecidos y el de cadáveres en tumbas sin marcar coincidirán», asegura el activista, que recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos Ludovic Trarieux en 2006. Sin embargo, no pudo recoger el galardón en Francia. Las autoridades indias le niegan el pasaporte.
El Gobierno indio defiende que las tumbas pertenecen a militantes paquistaníes abatidos en enfrentamientos cuando trataban de cruzar la Línea de Control (LoC) que divide Cachemira entre ambos países. Por su parte, el IPTJ afirma que se trata de inocentes. «Los cuerpos son de personas asesinadas en falsos enfrentamientos con la policía entre 1990 y 2009», manifiesta Angana P. Chatterji, cofundadora de la ONG. Un estudio del IPTJ de 50 muertes señala que 41 de ellos eran civiles locales, uno un militante cachemir y el resto no fue identificado. El Gobierno clasificó todos estos casos como de militantes paquistaníes. El IPTJ pide que una comisión internacional investigue la cuestión.
Además de cementerios en la Cachemira india también abundan los soldados. Alrededor de 500.000 en una región de 10 millones de habitantes. La Ley de Poderes Especiales de las Fuerzas Armadas, en vigor en la zona desde 1990, otorga poderes casi absolutos a militares y paramilitares. Amnistía Internacional ha denunciado reiteradamente violaciones de los Derechos Humanos amparados en la inmunidad que esta ley concede al Ejército.
«Paraíso sobre la tierra»
Cachemira era conocida como el «Paraíso sobre la Tierra» por sus espectaculares paisajes. La tensión entre las dos potencias nucleares de la India y Pakistán -que han luchado dos guerras por el control de la región desde 1947- dio un nuevo sobrenombre a la zona en 1999: «El lugar más peligroso del mundo». El Gobierno local medita la creación de una Comisión de Reconciliación para cerrar las heridas en un momento en el que la violencia ha descendido hasta mínimos históricos. Pero antes 2.700 tumbas anónimas necesitan un nombre.
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