...Y el tesoro apareció por fin

Ha estado casi 175 años bajo tierra. Se enterró a mediados del siglo XIX (1835) y ayer, en pleno siglo XXI, vio la luz. La «cápsula del tiempo» hallada bajo el pedestal de la estatua de Cervantes, frente al Congreso, ya se encuentra en un laboratorio del Museo Arqueológico Regional. No hay una fecha fijada para su apertura. Los técnicos quieren mantenerla uno o dos días en reposo para que absorba todas las humedades generadas durante estos dos siglos de entierro.
Fue a primera hora de la mañana de ayer cuando el equipo de arqueólogos extrajo la caja. La operación no llevó más de un cuarto de hora, pero por unos minutos la plaza de Las Cortes se convirtió en algo parecido a un plató de televisión.
Danny DeVito
La presencia de cámaras y periodistas en el lugar llamó la atención de los transeúntes, que al llegar al lugar se preguntaban qué es lo que ocurría allí. Alguno, algo más animado de lo normal a esas horas, llegó a felicitar al grupo de arqueólogos. «Enhorabuena, por fin habéis encontrado el tesoro de Danny DeVito; el alcalde se pondrá muy contento».
La «cápsula del tiempo» amaneció poco antes de las 10.30 horas. Su aspecto dice poco sobre lo que puede contener dentro. De plomo y cerrada herméticamente nadie se atreve a pronosticar nada. Los técnicos sólo aseguran una cosa: algo hay en su interior. Sus dimensiones (38 cm. de largo por 22 de ancho y 22 de alto) invitan a pensar en ello. Su peso también ofrece buenas noticias. «Pesa un quintal -advertía el director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida-, tiene que contener algo seguro».
Los técnicos del Museo Arqueológico debaten el mejor modo de abrir la cápsula. Al estar cerrada herméticamente sólo existen, al parecer, dos opciones: utilizar un soplete o una radial. Monedas, periódicos de la época, un ejemplar del Quijote... Muchas son las apuestas sobre el contenido del cofre. De momento, el Ayuntamiento de Madrid se ha puesto en contacto con la Comunidad, según contó ayer Martínez-Almeida, para ver si podían compartir los objetos de la cápsula. La intención del Consistorio es exponer parte de ellos en el Museo de los Orígenes, en la plaza de la Paja.
No existe muchos precedentes como éste en Madrid. Sólo se recuerda uno, que es el descubrimiento de una caja similar bajo la estatua de Isabel II que se halla en Ópera. Sigue enterrada, pero se sabe que está dentro de una caja de plomo y que guarda una gaceta y un diario del 8 de octubre de 1850, varias monedas, una copia del acta de la ceremonia de colocación de la estatua y un número del Heraldo del 16 de mayo de 1850. La estatua de Cervantes fue la primera que se erigió a alguien que no fuera de la realeza o el clero.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete