TVE, «para servir a Dios y a la política española»

«Hoy, día 28 de octubre, domingo, día de Cristo Rey, a quien ha sido dado todo poder en los Cielos y en la Tierra, se inauguran los nuevos equipos y estudios de la Televisión Española». Con estas palabras, que recogía ABC el 30 de cotubre, el ministro de Información y Turismo de Franco, Gabriel Arias-Salgado , daba la bienvenida oficialmente, en 1956 , a la cadena de televisión más antigua de España, instalada en Madrid, en la avenida de La Habana.
Fue el mismo día que se consumaba la invasión de Hungría, en Oslo se concedía el Nobel a Juan Ramón Jiménez y en Madrid agonizaba Pío Baroja.
Al día siguiente, y coincidiendo con el XXXIIII aniversario de la fundación de la Falange Española , darían comienzo, «de manera regular y periódica», los programas diarios de la televisión pública nacional, que iba a monopolizar el mercado hasta que, en 1990, y con la Ley de Televisión Privada, aparecieran en escena Telecinco, Antena 3 y Canal+ .
«Hemos elegido estas dos fechas –explicaba Arias-Salgado, siguiendo el guión habitual del régimen- para proclamar así los dos principios básicos fundamentales, que han de presidir, sostener y enmarcar todo el desarrollo futuro de la televisión en España: la ortodoxia y rigor desde el punto de vista religioso y moral, con obediencia a las normas que en tal manera dicte la Iglesia Católica, y la intención de servicio y el servicio mismo a los principios fundamentales y a los grandes ideales del Movimiento Nacional».
Santa Clara, patrona de la televisión española
Las primeras imágenes en directo que emitió TVE fueron las del monseñor J osé María Bu lart, capellán de Franco en El Pardo y párroco del Buen Suceso, celebrando una Santa Misa, primera que se televisa en España, en un altar instalado en el estudio , «presidido por la imagen de Santa Clara, Patrona de la televisión española».
Terminada la ceremonia, el director de Programas y Emisiones, J osé Ramón Alonso , dijo que a esta primera piedra de la televisión española les seguirán otras muchas, «con el fin de que la verdad y la fe puedan llegar a todos los hogares y todos los pueblos».
«Hemos querido que la televisión española comenzara a funcionar precisamente en este día de Cristo Rey, y nos hemos trazado dos caminos: el de servir a Dios y a la política española», añadía Alonso.
A continuación, un documental del NO-DO, titulado «Blancos mercenarios», otro sobre «El Greco en su obra maestra» y un último titulado «Veinte años de vida española».
El primer gazapo
No hubo que esperan mucho para ver el primer tropezón frente a las cámaras. Ese mismo 28 de octubre, la locutora Luz Márquez ensayaba, momentos antes de la salida al aire, la que sería su breve intervención: «A continuación les dirige la palabra el excelentísimo señor ministro de Información y Turismo, don Gabriel Arias Salgado». Y así fue, breve, porque al verse apuntada por la cámara, los nervios le fallaron y tan sólo apunto a decir «a continuación». Tras eso, salió corriendo y no se volvió a saber de ella.
Poco importó aquel primer tropiezo en términos de audiencia, porque lo cierto es que el número de televisores, que costaban entre 24 y 32.000 pesetas , no llegaba a 600 y el radio de visión apenas alcanzaba 70 kilómetros en torno a Madrid, y la repercusión en la prensa fue escasa.
ABC fue de los pocos periódicos que lo recogió en sus páginas, convirtiéndose además en el primer diario español que se ocupó de la crítica televisiva. Fue a partir del 19 de marzo de 1959 con la sección «Foco a TV» de Víctor Blasco .
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete