El sueño de Europa
ANTONIO WEINRICHTER
El tema de la inmigración a la Europa del bienestar de los desposeídos, extracomunitarios o no, consta ya de una nutrida filmografía. Esta película, que invierte un conocido título de James Dean, es la aportación a dicho corpus de Costa-Gavras, veterana figura de lo que Serge Daney llamaba la «ficción de izquierdas».
No es la mejor que hemos visto sobre esta cuestión, pero su intención es honesta, no carga las tintas, y tiene su momento de mayor inspiración en el bloque inicial: Elías arriba a una lujosa colonia de vacaciones (llamada, sutilmente, Edén) y comprueba lo fácil que es mezclarse con los privilegiados cuando se aterriza en una playa nudista: basta deshacerse de las pocas posesiones que se llevan cuando se viaja por desesperación. El resto de su entrecortada peripecia sigue caminos previsibles. Costa-Gavras no cae en demasía en las fáciles tentaciones del cine de tesis aunque a veces da la impresión de que algunos personajes que encuentra sólo aparecen para ilustrar el tema del contraste entre «nosotros» y el «ellos» que encarna Elías: por ejemplo, la burguesa parisina de buen corazón que encarna una envejecida Anne Duperey.
El único personaje desarrollado es el del protagonista, cuya nacionalidad no se nos aclara del todo, si no me equivoco: pero la inexpresividad del actor que lo encarna hace que no rebase la condición de emblema.
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