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ETA trazó la ruta a Batasuna

ETA trazó la ruta a Batasuna

Tras dinamitar la tregua anunciada en 2006, ETA llegó a la conclusión de que, debilitada en el «frente militar», y con los restos de Batasuna a la deriva, era inviable forzar un nuevo «proceso de paz» con garantías de imponer al Estado sus reivindicaciones. Los cabecillas trazaron una nueva «hoja de ruta» para la «izquierda abertzale», que pasaba por captar a EA, y Aitor Elizarán, arrestado ayer, fue el enlace encargado de transmitir a Otegi, Usabiaga y demás integrantes de «Bateragune» las órdenes para que la siguieran sin salirse del carril.

El nuevo manual de la banda terrorista pretende relanzar una estrategia «político militar». Así, por una parte busca «conseguir una mayoría social y política y hacer posible esa convergencia soberanista» con EA y otras fuerzas nacionalistas, excluyendo al PNV y, al mismo tiempo, «debemos continuar ajustando la estrategia de la lucha armada al nivel de hechos que el pueblo requiere». Esto es, según los documentos elaborados por el «aparato político» de ETA, «por un lado aumentando el nivel de compromiso para con la lucha popular y, por otro, empleando la lucha armada como método de enseñanza». Traducido, significaba que había que alternar, con medida sincronía, las feroces campañas de atentados para presionar al Gobierno con treguas trampas limitadas para captar, con engaño, a EA. Los investigadores sospechan que la banda criminal ha podido mantener desde mediados de agosto una de esas «paradas tácticas», ya que ha coincidido la ausencia de atentados con un intento de reactivar el «polo soberanista». Antes del verano, cuando se llevaron a cabo anteriores contactos con el partido fundado por Garaikoetxea, probablemente los terroristas realizaron de facto otra de esas treguas trampa. Espejismo roto después con el atentado contra la casa cuartel de Burgos, que pudo causar una matanza, y el asesinato de dos guardias civiles en Palma. La «hoja de ruta» entregada por Aitor Elizarán a la «Bateragune» de Otegi ya anunciaba un «incremento de la confrontación» en verano para preparar el «curso político» previsto en otoño, respecto al cual ya habían trazado un calendario, al parecer, abortado con el descabezamiento de la nueva Batasuna. La complicidad es evidente. De hecho, tal y como adelantó ABC, a los investigadores no les ha pasado desapercibido que días antes de los atentados de Burgos y Palma Arnaldo Otegi «Ronaldinho» se hubiera entrevistado en Francia, al parecer, con el mismísimo Aitor Elizarán. A las pocas horas de aquellas salvajadas, la denominada «izquierda abertzale» difundió sendos comunicados, en los que no había el más mínimo rastro de improvisación, justificando los crímenes y advirtiendo que la única forma de superar el «conflicto armado» era una negociación.

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