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Karzai anuncia que habrá una segunda vuelta electoral

Hamid Karzai puso punto y final a casi dos meses de incertidumbre. Afganistán acudirá de nuevo a las urnas el próximo 7 de noviembre para celebrar una segunda vuelta “que supone una nueva oportunidad para seguir progresando”, aseguró el propio presidente en una comparecencia en la que estuvo acompañado del senador John Kerry, el máximo representante de Naciones Unidas, Kai Eide, y los embajadores de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Los hombres que manejan los hilos políticos del país quisieron ofrecer una imagen de unidad y defendieron esta nueva ronda electoral como “la mejor forma de dotar al país de un gobierno legítimo” , aseguró el responsable de relaciones externas del Senado americano, John Kerry, una de las piezas más activas de la administración estadounidense en esta crisis.

Las últimas cuarenta y ocho horas han sido muy intensas en Kabul. Desde que la Comisión Electoral de Quejas (CEQ) hiciera público su informe estaba clara la necesidad de esta segunda vuelta , pero faltaba la confirmación oficial de la Comisión Electoral Independiente (CEI) y esta se produjo instantes antes de que Karzai y sus aliados hicieran su aparición ante los medios. Si los datos preliminares otorgaron a Karzai la mayoría absoluta con un 54,6 por ciento de los votos, después de restar el coeficiente de fraude ordenado por la Comisión de Quejas, el presidente rebajó su apoyo al 49,6 por ciento. Esta cifra, muy próxima al cincuenta por ciento necesario para la victoria, condenó a Karzai a admitir la derrota y convocar la segunda vuelta en la que se enfrentará al segundo candidato más votado, Abdulá Abdulá.

“No es el momento de discutir sobre las investigaciones del fraude, es momento para la unidad nacional”, destacó Karzai a la hora de referirse a los cientos de miles de votos falsos a su favor el pasado 20 de agosto. Hasta ayer siempre había defendido la limpieza del proceso y la transparencia de su victoria, pero desde que Naciones Unidas a través de la Comisión de Quejas oficializara el pucherazo, no tuvo más remedio que rectificar.

Gobierno de unidad nacional

Hasta el mismo instante del anuncio de la segunda vuelta, e incluso después, no cesaron los rumores sobre posibles acuerdos entre Karzai y Abdulá Abdulá para evitar seguir alargando el proceso, extremo que el senador Kerry y el propio Karzai negaron tajantemente. “No hay pacto de ese tipo porque no sería legítimo y yo antepongo el interés de la nación al mío propio”, aseguró un presidente con rostro cansado y gesto nervioso durante toda la comparecencia. La ansiada legitimidad que busca la comunidad internacional y que Washington ha impuesto como medida previa al envío de nuevos refuerzos militares a Afganistán.

Con la ley electoral en la mano el país cumple escrupulosamente con la legislación, pero la sensación de victoria democrática que se intentó transmitir en la tarde de ayer contrasta con la evidencia de que ni la limpieza del proceso, ni mucho menos la seguridad van a poder garantizarse el próximo 7 de noviembre. “Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos”, se limitó a decir un Karzai que recordó que “la gente se sacrificó en agosto y muchos perdieron la vida por acudir a su cita con las urnas”, pero pidió “la mayor participación posible” el mes próximo.

“En este país no hay nada definitivo. El paso más importante es que Karzai, gracias a la fuerte presión internacional, ha aceptado el fraude, pero me parece realmente complicado que este país pueda organizar unas elecciones en dos semanas. Creo que seguirán negociando de una u otra forma”, señala el analista Haroun Mir, director del Centro para la Investigación y Estudios Políticos de Afganistán. La Comisión Electoral asegura estar lista y las urnas, la tinta y las papeletas se encuentran en Kabul, los que no parecen estar listos son los propios afganos que miran al próximo 7 de noviembre con el miedo metido en sus cuerpos.

“Karzai quiere una segunda vuelta porque necesita derrotar a Abdulá Abdulá de una forma contundente, pero la comunidad internacional presiona para que se alcance un acuerdo entre ambos y seguirá presionando”, confiesa un diplomático europeo que advierte de los riesgos de una segunda vuelta que puede “polarizar al país entre los dos grupos étnico mayoritarios, pastunes y tayikos por lo que no me extrañaría un cambio de opinión en los próximos días”.

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