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Más de 30.000 científicos culpan al Gobierno de lastrar el futuro de España

Ni el Gobierno da marcha atrás en el «tijeretazo» que han sufrido los presupuestos en investigación —casi un 34% de recorte en los Organismos Públicos de Investigación (OPI) y un 15% en las subvenciones—, ni los ánimos se calman entre la comunidad científica, preocupada por un futuro incierto que amenaza la I+D+i en nuestro país.

Y el mensaje de tranquilidad que la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia, se esfuerza en hacer llegar no cala entre nuestros investigadores. Ayer mismo, tras reunirse con el presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), Joan Guinovart, esta organización emitió de forma inmediata un duro comunicado en el que, además, pidió a los partidos políticos que «enmienden» durante el trámite parlamentario «tan temeraria decisión» de recortar las asignaciones en I+D. Se trata de la cuarta vez que la comunidad científica protesta por el «tijeretazo».

Por la tarde, Guinovart se entrevistó con el secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez Alonso, para analizar las partidas presupuestarias. «Los OPI son los grandes afectados por el recorte», explicó el presidente de los investigadores a ABC.

Llamamiento a todos

A la Cosce la avalan 31.000 científicos en sus filas que pertenecen a 64 sociedades y que piden «con urgencia un pacto de Estado por la Ciencia». Para ello, hacen un llamamiento no sólo a los políticos sino también a todos los agentes sociales, desde comunidades autónomas y municipios a los propios ciudadanos, porque «la I+D debe considerarse una cuestión de Estado al ser, junto con la educación, la base de la sociedad del conocimiento que ha de sustentar nuestro futuro».

Y la responsabilidad de esta situación no sólo recae en la ministra de Ciencia, quien ya ha reconocido no estar satisfecha con los actuales presupuestos. Directamente, la Cosce cree que la responsabilidad de los recortes en I+D, que amenazan el futuro de nuestra sociedad, es del «Gobierno en pleno y muy particularmente —matiza la declaración— de su presidente y de la vicepresidenta y ministra de Economía y Hacienda».

En el comunicado de tres páginas, el rechazo a las partidas destinadas a investigación es continuo. Son «insuficientes —dicen los científicos—, representan una clara rotura con la tendencia positiva mantenida hasta 2008». En otro párrafo tildan de «temeraria decisión» este recorte, que resulta «difícil de comprender dado que el ahorro momentáneo acabará teniendo un coste muy alto en las perspectivas españolas de futuro». Y manifiestan su «asombro» porque «el Gobierno pretende apostar por una Economía sostenible, mientras regatea su apoyo a la I+D. ¿En qué se basará esa nueva fuente de riqueza sostenible, si no es en el conocimiento?».

Los científicos echan en cara al Gobierno que otros líderes mundiales, como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, han hecho todo lo contrario, apostando por la I+D. Por eso, se preguntan: «¿Qué hoja de ruta hacia el futuro propondrá el Gobierno (español) en su presidencia de la UE?».

Más allá de las críticas, la Cosce se plantea otras cuestiones. Sólo por el hecho de anunciar este «tijeretazo» en investigación, ya se han producido «consecuencias muy negativas». Entre ellas, se «ha enrarecido la atmósfera favorable a la Ciencia que se había creado en los últimos años» y se ha puesto en peligro las inversiones realizadas.

«No somos egoístas»

Como explica Guinovart, los primeros frutos del avance científico ya se empezaban a sentir: nuestras universidades han escalado puestos en el ranking mundial; muchos científicos españoles regresaban al país, que también empieza a atraer a los investigadores extranjeros; el número de patentes ha crecido... «No somos egoístas —protesta Guinovart—. La inversión en investigación permite mantener las prestaciones sociales porque genera empleo».

El malestar unánime en la comunidad científica resulta evidente. Ya son demasiadas las voces críticas. Nada más anunciarse el presupuesto, dimitió de forma inesperada el director del Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Mariano Barbacid. Poco después siete investigadores de gran prestigio —entre ellos, la bioquímica Margarita Salas— firmaron un manifiesto para que se mantengan las dotaciones en I+D. Más tarde, la protesta partió de la Real Academia de Ingeniería. Y pasado mañana setenta científicos galardonados con los Premios Rey Jaime I pedirán al Congreso de los Diputados continuar invirtiendo en ciencia y tecnología.

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