Premio a los «constructores de un mundo mejor»
La Fundación Gabarrón ha vuelto a congregar hoy en el Teatro Calderón de Valladolid a personalidades del mundo de la cultura, las ciencias, el deporte y el pensamiento con motivo de la entrega de sus galardones internacionales, unos premios ya consolidados que han cumplido su octava edición. Ninguno de los galardonados he querido perderse el certamen, todo un alegato a favor de la filantrópica labor desarrollada por el recientemente fallecido Vicente Ferrer, cuya fundación fue premiada el año pasado en los mismos galardones.
Sobre el escenario, en los sillones diseñados por el artista de origen murciano, se fueron sentando uno a uno los nueve galardonados: Jan Fabre (premio en Artes Plásticas); Jorge Edwards (Letras); Carlos Cordón-Cardo (Ciencia); Clemente Serna (Pensamiento y Humanidades); Gemma Mengual (Deportes); José Barea Tejeiro (Economía); Anna-Sophie Mutter (Artes Escénicas); el primer ministro de Zimbabwe, Morgan Tsvangirai (premio a una Trayectoria Humana) y el alcalde de Navalcarnero, Baltasar Santos, cuyo pueblo fue premiado en Conservación y Restauración.
El primero en subir al escenario fue Jan Fabre, que se declaró «sirviente de la belleza» y animó a los asistentes a que ésta fuera tan importante en sus vidas como lo es para él. Precedida por una gran ovación, la siguiente en recoger el galardón fue Anna-Sophie Mutter. Agradecida por entrar en este «elenco de galardonados», se refirió al premio como «un tributo al poder de la creatividad de la música en nuestra sociedad». Por su parte, el investigador Carlos Cordón-Cardo, que dedicó su premió a todos los que cada día luchan por combatir el cáncer, una enfermedad que —dijo— se acabará venciendo como se pudo con otras en el pasado, aunque no perdió la ocasión para invitar a todos los asistentes a «celebrar cada minuto de su vida». Una lección distinta, de humildad, fue la impartida por el economista José Barea Tejeiro, uno de los grandes ovacionados de la noche y por el abad del Monasterio de Silos, Clemente Serna, a quienes precedió a la hora de recoger el galardón la deportista Gemma Mengual.
Mientras, Jorge Edwards quiso dedicar su galardón a todos los literatos que escriben en español, cuyo trabajo —señaló— es la «demostración de la gran fuerza y universalidad de nuestro idioma». Tras el alcalde Baltasar Santos recibió el último gran aplauso el primer ministro de Zimbabwe, Morgan Tsvangirai, quien agradeció en nombre de todo su «pueblo» ya que premios como éste —sostuvo— les ayuda a «continuar en la lucha por la democracia, la libertad y la dignidad».
Antes de finalizar la gala, el presidente de la Fundación, Cris Gabarrón agradeció a los premiados su afán por «construir un mundo mejor» e invitó a los asistentes a mirar «de forma solidaria» a los que tienen a su alrededor siguiendo el espíritu de Vicente Ferrer.
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