El crudo olor del linimento
JOSÉ MANUEL CUÉLLAR
Dicen que Brian Clough, el genial entrenador inglés, lloró hundido en su cuarto cuando supo que su alter ego, Peter Taylor, había muerto de un infarto. Un tipo duro, soberbio, con un ego insoportable, mordido por la botella por mor de su propia genialidad. Esta es la historia de ese técnico que se hizo leyenda subiendo desde el barro.
Con un elenco de actores, principales y secundarios, excelentes (ingleses al fin y al cabo), la película tiene un sabor a linimento, a vestuario de barniz antiguo, a pinta y a autenticidad.
Y, aun así, se queda corta en el realismo, algo huele a cartón piedra en el relato. Rodar el fútbol es imposible, sus límites, tarea de titanes.
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