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Merkel pone a trabajar ya a sus aliados, los liberales, en el nuevo presupuesto

Angela Merkel, la ganadora en las elecciones generales del domingo, anunció ayer que su partido, la Unión Democristiana (CDU), y el Partido Liberal (FDP), que formarán la coalición de gobierno, quieren empezar a hablar ya del presupuesto. Del endeudamiento, que es mucho; y de los impuestos, que dicen que también son muchos.

La canciller, además, quiere ya tener ocupadas todas las carteras ministeriales, como muy tarde, cuando se celebre la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre.

Müntefering, perdedor

En el lado perdedor, el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Franz Müntefering, ha indicado ya su intención de dimitir, y Frank- Walter Steinmeier, el que ha sido rival directo de Merkel en las elecciones del domingo, podría sucederlo en el congreso de noviembre.

Las cuentas de la crisis para 2010 pondrán a prueba algunas promesas electorales. Un análisis del semanario «Der Spiegel» advierte que ni CDU ni SPD han dicho toda la verdad a los alemanes sobre las reformas necesarias y los pocos fondos que hay para ellas, con un PIB en (6% y una deuda acumulada que podría irse al 80%). Los comentarios del día después lamentan que, frente al momento y las dimensiones de la crisis, la campaña electoral ha estado dominada más por mediocridades políticas que por grandes ideas.

El FDP insiste en rebajas, que economistas de la CDU ven ahora imposibles, antes de 2011, por la deuda. «Lo prometido sí que es deuda», insiste el experto del FDP Hermann Otto Solms, al que casi todos los analistas ven como próximo ministro de Hacienda. El hombre está especialmente motivado «de tanto que me repiten que es irrealizable una reforma fiscal».

En el día después de su mayor resultado histórico, parecía claro que el FDP no está aquí sólo para apuntalar a la «canciller, sino para gobernar». Cabe reseñar que Guido Westerwelle no obtuvo su escaño directo en Bonn, pero el líder de los Verdes y varios ministros actuales tampoco. Los principales medios hablan de una nueva página en la historia alemana, que no será fácil, pero también ven en el resultado una llamada a la reflexión sobre el futuro de los partidos.

Voto de confianza

Sin embargo, la canciller federal, Angela Merkel, no dejó de calificar ayer en Berlín la votación como «un inmenso voto de confianza», aunque algunos análisis difieren y preanuncian ya el rumor de sus oponentes (Friedrich Merz, Roland Koch) en su propio partido. Una campaña muy personal ha hecho perder a la CDU 1,4 puntos, si bien Merkel sigue contando casi con el doble de popularidad que su partido y el desgaste podría quedar solapado por la propia catástrofe del socio de coalición, el SPD. El analista Jens Borchert opina que, en las horas bajas de los grandes partidos que formaron la gran coalición, la estrategia de la canciller y de la CDU «se ha acreditado como la adecuada».

El periodista Günter Bannas opina en el diario «Frankfurter Allgemeine» que el SPD ha caído «víctima de sus contradicciones» y anuncia una renovación para el próximo congreso de Dresde. Tras la debacle, algunos sectores no ocultan su ambición de una completa renovación interna y los análisis coinciden en que el mejor sitio para ello es la oposición y, seguramente, virar a la izquierda, según Franz-Walter Steinmeier. Otros recuerdan que el SPD lo ha hecho mejor «cuando actuaba (Helmut Schmidt) que cuando soñaba (Willy Brandt). Pero en el escalafón de tristeza electoral aparecía también el líder de la CSU, la Unión Cristianosocial, y presidente de Baviera, Horst Seehofer, también con una renovación interna pendiente.

Del reparto de carteras, se entiende que el presidente del FDP, Guido Westerwelle, será vicecanciller y ministro, sea de Exteriores o Economía; su alternativa en ambos sería KT zu Guttenberg (CSU); del ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, no se sabe si irá a la Comisión Europea y lo sustituirá Thomas de Maizi_re (CDU); Solms o Rainer Brüderle (FDP) podrían regentar la Hacienda; Sabine Leutheusser-Schnarrenberger (FDP) suena para Justicia; Ronald Pofalla (CDU), para Trabajo; Tanja Gönner (CDU), para Medio Ambiente; Ilse Aigner (CSU) sustituiría a Schavan en Investigación; Norbert Röttgen (CDU) para la Cancillería; y Peter Ramsauer (CSU) parece nombre seguro aunque sin destino.

El entendimiento en el nuevo gobierno no será fácil. Hay diferencias en la reforma fiscal y del mercado de trabajo, será complicado un acuerdo para la reforma de la financiación de la sanidad y las pensiones, mientras hay más cercanía en política exterior y energética.

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