Ex directores de la CIA piden que no se investigue sobre torturas
Siete antiguos responsables de la agencia de inteligencia escriben a Obama con advertencias sobre graves daños para la seguridad de EE.UU.

Siete antiguos directores de la Agencia Central de Inteligencia han solicitado por escrito al presidente Obama que archive la investigación abierta sobre supuestos abusos perpetrados durante los interrogatorios coercitivos realizados a sospechosos de terrorismo después del 11-S. En una carta remitida a la Casa Blanca, se advierte que la pesquisa del Departamento de Justicia «dañará gravemente» la habilidad de Estados Unidos de protegerse a sí mismo.
Los ex jefes de la principal institución dentro del espionaje de Estados Unidos recuerdan que estas acusaciones de abusos ya han sido revisadas por fiscales de carrera sin ameritar procesamientos. A su juicio, reabrir esta investigación de acuerdo al partido que controle el poder Ejecutivo hará más difícil que los hombres y mujeres de los servicios de inteligencia estadounidenses asuman riesgos agresivos en el futuro por miedo a ser objeto de una pública inquisición.
Información confidencial
La queja colectiva también advierte que al final de todo este cuestionable proceso se terminará por divulgar información confidencial sobre operaciones del pasado. Filtraciones que a su juicio solamente puede ayudar a que los terroristas de Al Qaida eludan su captura y a que otros servicios de inteligencia dejen de cooperar ante la incapacidad de Estados Unidos para proteger sus propios secretos.
La misiva, que no ha recibido una inmediata respuesta por parte de la Casa Blanca, cuenta con las firmas de Michael Hayden, Porter Goss y George Tenet (nombrados por el presidente Bush); John Deutch y James Woolsey (nombrados por Bill Clinton); William Webster (nombrado por Bush padre); y James Schlesinger (director de la CIA durante la Administración Nixon).
El actual responsable de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta, no ha firmado la carta pero ha expresado públicamente su rechazo a la pesquisa iniciada el mes pasado por el Departamento de Justicia. Según indicaba ayer el «Washington Post», la investigación se centraría en un número pequeño de casos, incluida la muerte hace siete años de un prisionero afgano internado en una de las cárceles secretas autorizadas a la CIA por la Administración Bush.
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