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La búsqueda de Amundsen

Ochenta y un años después de que el avión en el que viajaba el mítico explorador noruego Roald Amundsen desapareciera en el Ártico, la Marina noruega dirige una expedición para tratar de encontrar los restos del avión siniestrado. El primer hombre en conquistar el Polo Sur y en surcar el Paso del Noroeste desapareció en 1928 a bordo del hidroavión francés «Latham 47» en aguas cercanas a la isla de Spitsbergen. Iban en una misión para rescatar al italiano Nobile, desaparecido en el Ártico tras volar con una expedición en dirigible.

Ni el avión ni los cuerpos de sus ocupantes fueron encontrados, aunque un tanque de combustible y un flotador aparecieron días después en la costa del norte de Noruega.

Dos barcos de la Marina noruega partieron ayer del puerto de Tromso para una expedición -bautizada como «La búsqueda de Amundsen»- que durará diez días y que centrará su trabajo a 19 millas náuticas al sur de la isla de Bear, desde donde se recibió la última señal de la radio del avión el fatídico 18 de junio de 1928.

Últimas tecnologías

Para el rastreo se cuenta con dos robots submarinos, el «Hugin 1000», dotado con un sónar y capaz de cartografiar con detalle el fondo del mar y que goza de una autonomía de 18 horas diarias, y el «Scorpion 21», que cuenta con cuatro cámaras de alta definición para registrar cualquier tipo de objeto.

La expedición, en la que participan diez hombres, está liderada por el veterano explorador Rob McCallum. Además de la Marina noruega, en la expedición participan también el Museo de Aviación noruego y una empresa de tecnología marítima, y se cuenta con la colaboración del sobrino nieto de Amundsen, Nicolay Jacobsen. En declaraciones a la BBC, aseguró que se encuentra expectante: «Si podemos encontrar más argumentos que afiancen las teorías sobre su desaparición será muy interesante», afirmó.

A pesar de que la Marina noruega ya fracasó en un intento similar en 2004, ahora la confianza en el éxito del proyecto descansa en las posibilidades de las nuevas tecnologías. «Somos escépticos sobre lo que podemos encontrar de la estructura del avión, que era de madera, pero creemos que pueden aparecer los motores, que son fáciles de identificar», según el comandante Frode Loseth, uno de los miembros de la expedición. «Si los restos del avión están ahí, los encontraremos», dijo antes de zarpar el capitán de corbeta noruego Helge Stian Telle, que calcula en un 80% de probabilidades de encontrar algún elemento del avión.

Lo cierto es que la misión está siendo conducida como una verdadera operación militar. Para los noruegos es «una cuestión de interés nacional», apunta Loseth, además de resolver «uno de los últimos misterios vigentes en la historia polar». Y es que el tanque del «Latham 47», que apareció en las costas noruegas muestra marcas de un cuchillo y de un martillo, lo que prueba que al menos una persona sobrevivió al siniestro inicialmente, aunque acabó sucumbiendo a las heladas aguas árticas.

Ocho décadas después la expedición que dirige McCallum quiere arrojar nueva luz sobre el misterio de Amundsen y cerrar «un capítulo en los libros de historia».

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