Hazte premium Hazte premium

Japón se prepara para poner fin a medio siglo de hegemonía del partido en el poder

Corrupción, «endogamia política» e incapacidad para gestionar la crisis, raíces del gran cambio que se avecina

Japón se prepara para poner fin a medio siglo de hegemonía del partido en el poder

Cambio. Es la palabra más repetida estos días en Japón, que afronta el próximo domingo unas elecciones trascendentales que pueden dar lugar a un vuelco histórico en la política del país asiático. El electorado nipón no sólo tiene la posibilidad de acabar con la hegemonía del Partido Liberal Democrático (PLD), que lleva en el poder desde su fundación en 1955 salvo un periodo de once meses de gobierno socialista en 1993, sino de apostar por un nuevo modelo político para salir de la grave crisis económica y social que arrastra desde hace más de una década.

Según las encuestas publicadas esta semana por los medios nacionales, la oposición del Partido Demócrata de Japón (PDJ), que ya controla la Cámara Alta de la Dieta (Parlamento), podría obtener más de 300 de los 480 escaños de la decisiva Cámara Baja. Por su parte, el conservador PLD podría sufrir un grave descalabro al ver reducidos a la mitad sus 300 diputados, a tenor de un sondeo del periódico «Asahi Shimbun».

Sin embargo, todavía hay entre un 30 y un 40 por ciento de indecisos que no han revelado su voto, mientras que otro 25 por ciento podría cambiar su opinión durante los últimos días de la campaña.

La candidatura del gobernante PLD está encabezada por el actual primer ministro, Taro Aso, quien accedió al cargo en septiembre del año pasado para zanjar la crisis en que se hallaba sumido su partido. Desde que el polémico pero carismático Junichiro Koizumi arrasara en las elecciones generales de 2005, Japón ha tenido cuatro jefes de Gobierno. Primero, Shinzo Abe sucedió a Koizumi cuando, en septiembre de 2006, expiró su mandato al frente del PLD y, por tanto, también su cargo como primer ministro. Pero Abe sólo duró un año en el puesto y, salpicado por numerosos escándalos de corrupción que hasta minaron su salud, dimitió en 2007. Le sustituyó el veterano Yasuo Fukuda, quien tampoco logró remontar el vuelo y acabó tirando la toalla en 2008.

A un año vista de las elecciones, era el momento para el ambicioso Taro Aso de enderezar la grave situación económica, pero su índice de popularidad está bajo mínimos. De hecho, ni siquiera su anunciado plan para incentivar el alicaído consumo doméstico entregando unos 90 euros en efectivo por persona fue aplaudido por el electorado, que lo consideró una soez compra de sus votos.

Reducir la dependencia

Consciente de sus pocas posibilidades de ganar estos comicios, Aso ha llegado a reconocer que «uno debe aceptar la derrota con elegancia», recordando el consejo que el último primer ministro de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, Kantaro Suzuki, le dio a su abuelo, Shigeru Yoshida, cuando a éste le tocó negociar el tratado de paz con los norteamericanos.

Por su parte, el aspirante del opositor PDJ es el socialdemócrata Yukio Hatoyama, quien se ha propuesto insuflar nuevos aires a la tradicional y endogámica política nipona para frenar el declive del país. Aunque el imperio del Sol Naciente salió de la recesión durante el segundo trimestre de este año, al experimentar un crecimiento del 0,9% por primera vez desde finales de 2007, la titubeante economía japonesa no acaba de superar la crisis asiática de 1997, empeorada por el «tsunami» financiero global.

Para hacer frente a la delicada situación, los demócratas abogan por incentivar la economía renunciando durante los próximos cinco años a subir los impuestos que gravan el consumo. «Hemos sido demasiado dependientes de la demanda externa y, cuando ésta se ha desplomado, no podemos negar que hemos sufrido un impacto enorme», criticó Hatoyama en un debate televisivo.

En el plano internacional, y para hacer frente al ascenso de China como superpotencia, pretenden adoptar una diplomacia más autónoma y menos seguidista de Estados Unidos, que ha llevado a Tokio a ser un «gigante económico, pero enano político».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación