Zelaya pierde fuelle un mes después del golpe
Los hondureños suelen decir que los conflictos en su país sólo duran una semana. Pero la crisis política que vive Honduras ha roto todos los pronósticos y cumple hoy un mes con un presidente derrocado, Mel Zelaya, dando vueltas por la frontera; y otro de facto, Roberto Micheletti, asentado en el poder y sin ninguna intención de abandonarlo.
En el complicado rompecabezas hondureño, la vía diplomática está varada desde que Micheletti rechazara la segunda propuesta del presidente costarricense, Óscar Arias, mediador en el conflicto, y Zelaya diera por finiquitado el diálogo. Y si el diálogo no avanza, la solución a la brava, tampoco. Las Fuerzas Armadas hondureñas se han desmarcado de su responsabilidad en la crisis. «Hay una sensación en el ambiente de que los militares estamos al frente del país y no es así; nosotros sólo cumplimos órdenes y apoyamos a nuestro Gobierno (de Micheletti)», comentó ayer a ABC Romeo Vásquez, jefe del Estado Mayor Conjunto.
La crisis en Honduras tiene su eco en Washington, donde algunos senadores republicanos bloquean nombramientos por la actitud de Zelaya. Fuentes del Departamento de Estado carecían ayer de información sobre una posible reunión entre el presidente depuesto y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como se rumoreaba en Tegucigalpa, informa Pedro Rodríguez.
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