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Unas «Bodas de Fígaro» con sabor a fino y olor a azahar cierran el curso del Real

Jesús López Cobos y Emilio Sagi /efe

El Teatro Real cierra su temporada con sabor español, el que ha vertido el director de escena Emilio Sagi (ex director artístico del Real) en un nuevo montaje de «Las bodas de Fígaro» de Mozart, realizado en coproducción con la ABAO y el Teatro Pérez Galdos de las Palmas.

Esta nueva producción, que se estrena el próximo sábado y podrá verse hasta el 27 de julio -el día 16 se retransmitirá en directo a 60 salas de cine de Europa y España-, supone el reencuentro de Sagi con el director musical del teatro madrileño, Jesús López Cobos , con el que formó tándem en el staff del Real en épocas pasadas. Tras coincidir brevemente en «Luisa Fernanda», ahora han trabajado codo con codo en una producción donde el director asturiano ha hecho «lo que he querido. Ya soy muy mayor para hacer una ópera de encargo. Siempre pensé en situar “Las bodas” en Sevilla y el Real coincidía con esa idea», explicó ayer durante la rueda de prensa.

Con libreto de Lorenzo Da Ponte, inspirado en el texto de Beaumarchais, es una crítica social, en forma de intriga, contra los abusos de los nobles sobre los sirvientes. La acción se desarrolla en torno a la boda de dos criados, Susanna, que se la quiere beneficiar el Conde de Almaviva, y Fígaro, y los problemas que tendrán que sortear. «Es una obra fresca de personajes que sufren pero que al mismo tiempo tienen muchas ganas de vivir», explicó Sagi, que ha realizado una lectura realista -la escenografía es de Daniel Bianco, quién fue director tecnico del Real durante diez años- situándo la historia en el siglo XVIII en Sevilla. Y es que para el director de escena la ciudad «es un personaje más, lleno de sensualidad y erotismo», a la que no ha sustraido de ninguno de sus atributos, como el olor de azahar, el fino y los fandangos.

Los tempos de Mozart

El director musical, Jesús

López Cobos, alabó la luminosidad mediterránea del montaje

López Cobos reconoció la gran vinculación que siente con esta partitura, que dirigió por primera vez en 1975 en la Ópera de Berlín, aunque confesó que unos años antes llegó incluso a cantar el papel de Fígaro durante un ensayo en el Colón de Buenos Aires, junto a Teresa Berganza y Tom Krause.

Su mayor satisfacción en esta producción ha sido la posibilidad de dirigir la partitura original compuesta por Mozart , «casi cuatro horas de música, no le falta ningún recitativo», gracias a la edición facsímil publicada hace unos meses. «En ella se puede ver cómo el compositor tan sólo realizó una corrección», y desvela que los escritos por Mozart no son los mismos que hemos escuchado, por error, en muchas ocasiones. «En la obertura se marcaba un binario presto, cuando está escrita en un cuatro por cuatro. La obra acaba con el mismo tempo y la misma tonalidad».

En el reparto destacan las voces de Barbara Frittoli y Eva Mei, como la Condesa de Almaviva; Isabel Rey y Cinzia Forte, en el papel de Susanna; Ludovic Tézier, como el Conde de Almaviva; Carlos Chausson, en el de Bartolo, y Raúl Giménez, como Basilio.

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