El futuro de UPyD
UPyD se felicita, con razón, de ser el único partido que ha subido desde las Generales. Pero, a partir de ahí, le sobra entusiasmo y optimismo sobre los esplendores futuros. Ni está en condiciones de ser alternativa a PSOE y PP, como UPyD proclama, ni creo siquiera que registre subidas significativas en el futuro.
Sobre todo, porque el mejor momento para UPyD ha pasado. Eran estas elecciones europeas. En ellas contaba a su favor con una llamada al voto de castigo al PP de Rajoy que se ha quedado en lo que se ha quedado y que no se repetirá en el futuro. Y con la protesta, desde la izquierda, contra las políticas pro-nacionalistas de Zapatero, que también ha dado de si todo su potencial.
O sea, el 2,8% del voto. Mientras que terceros o cuartos partidos europeos han llegado hasta el 8% de Italia de los Valores, el 16,2% de la francesa Europe Écologie o el 16% del británico UKIP. Bien es verdad que en el contexto de grave crisis de uno de los dos grandes partidos en esos países. El problema para UPyD es que es altamente improbable una crisis del PP o del PSOE en España y, por tanto, un hueco para un tercer partido. Y Rosa Díez tampoco contará en adelante con otra ventaja que es el trato de guante blanco recibido entre los líderes de opinión y la escasa beligerancia de PSOE y PP, lo que explica en buena medida su primera posición en la valoración de líderes.
Añadamos a todo eso el problema de mensaje y posición de este partido. La campaña anti grandes partidos como la desarrollada en las europeas tiene poco recorrido mientras esos partidos estén fuertes. Y el mensaje de la unidad nacional y del fortalecimiento del Estado tampoco funciona si ya lo abandera otro partido que es el PP. Sobre todo, cuando la crisis María San Gil, la que ha trasvasado votos del PP a UPyD, ya se ha cerrado tras la campaña de Jaime Mayor y los resultados de las Europeas.
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